El Papa también canonizará al patrono de los accidentados en el trabajo el 14 de octubre - Alfa y Omega

El Papa también canonizará al patrono de los accidentados en el trabajo el 14 de octubre

Nunzio Sulprizio (1817-1836) sufrió durante gran parte de su vida una fractura de varios huesos del tobillo como consecuencia de las palizas de su tío, que le obligaba a trabajar en su herrería. El Papa Francisco ha sumado su nombre a los de Pablo VI, monseñor Romero, y otros tres beatos

Redacción
Foto: Vatican Media.

Junto a Pablo VI y monseñor Romero, el 14 de octubre subirá a los altares un santo mucho más desconocido: el beato italiano Nunzio Sulprizio. Un joven beatificado durante el Sínodo de obispos sobre los jóvenes. Así lo ha anunciado el Papa Francisco este jueves, durante un consistorio ordinario. Fue el mismo Pablo VI quien lo beatificó el 1 de diciembre de 1963, durante el Concilio Vaticano II.

Nunzio, fallecido en 1836 a los 19 años, es considerado en Italia patrono de los inválidos y de las víctimas de accidentes laborales. Su santuario en Pescosansonesco (Abruzos), que conserva parte de las reliquias, es el destino de muchas peregrinaciones. Una pared está llena de muletas, pertenecientes a niños que las abandonaron gracias a su intercesión.

El joven beato nació en esta localidad del centro de Italia en 1817. Al perder a ambos padres y a su abuela, se hizo cargo de él su tío Domingo, que lo obligaba a trabajar en su herrería y lo maltrataba. En una de sus frecuentes palizas, le destrozó para siempre los huesos del tobillo.

«Jesús sufrió por mí. ¿Por qué no sufrir yo por Él?»

Esta lesión le causaba muchos sufrimientos, que durante toda su corta vida llevó con una paciencia admirable. Llegó a afirmar que «Jesús ha padecido mucho por nosotros, y por sus méritos nos espera la vida eterna. ¿Por qué yo no puedo sufrir por Él?». También manifestó alguna vez su deseo de «morir por convertir a un solo pecador».

Foto: Mario di Donato

Cuando alguna vez le preguntaban quién se hacía cargo de él, respondía «la providencia de Dios». Y así era. Con 15 años se mudó con otro tío suyo, Francisco, a Nápoles. Allí, la lesión en su pierna, que se había gangrenado, hizo que tuviera que ser internado en el Hospital de Incurables de Santa María del Pueblo.

Su tío Francisco le presentó al coronel Felice Wochinger, conocido como «padre de los pobres». Al conocerlo, le militar vio en él un auténtico «ángel» del dolor y del amor a Cristo. La relación entre ambos llegó a ser paterno-filial.

La salud de Nunzio mejoró temporalmente, y durante un tiempo pudo dedicarse a consolar y atender a otros enfermos, apoyado en un bastón en vez de en muletas. Sin embargo, en 1835 se le manifestó un cáncer óseo que le causaba terribles sufrimientos. Estaba tan débil que los médicos no se atrevieron a amputarle la pierna. Falleció el 5 de mayo de 1936, recién cumplidos los 19 años.

El milagro: curar un joven en estado vegetativo

El milagro que ha hecho posible la canonización, y que Francisco aprobó el 8 de junio, es la curación de un joven de Taranto que había resultado gravemente herido en un accidente de moto. Primero quedó en coma, que luego evolucionó a un estado vegetativo. Sus padres, que siempre hacían llevar en la carpeta una imagen de Sulprizio, pidieron una reliquia suya a la parroquia de San Domenico Soriano de Nápoles, donde están sus restos.

Además, su padre le mojó la frente con agua procedente de la misma fuente donde el joven se lavaba la pierna gangrenada. En cuatro meses, el enfermo salió del estado vegetativo y recuperó las funciones neurológicas de forma rápida y estable, sin secuelas.

Tras el anuncio del Santo Padre, en la canonización del 14 de octubre serán seis los nuevos santos: Pablo VI, monseñor Romero, el sacerdote Francesco Spinelli, fundador del Instituto de las Hermanas Adoratrices del Santísimo Sacramento; Vicenzo Romano, y sor Maria Caterina Kasper, fundadora del Instituto de las Pobres Esclavas de Jesucristo.