El Papa se encuentra con los párrocos de Roma
El Papa Francisco fue a la Basílica Papal de San Juan de Letrán, Catedral de Roma, para el tradicional encuentro con los párrocos de la Diócesis del Papa, el jueves después del Miércoles de Ceniza, encuentro que comenzó confesando a algunos párrocos
Aumentar nuestra fe y perseverar en ella, gracias a la Palabra de Dios y por medio de la caridad: memoria, esperanza y discernimiento, son algunos de los puntos que destacó el Papa en su meditación titulada: «El progreso de la fe en la vida del sacerdote».
«¡Señor: auméntanos la fe!» (Lc 17, 5) Éste fue el ruego espontáneo de los discípulos, que surgió cuando el Señor les hablaba de la misericordia y él les dijo que debemos perdonar setenta veces siete», recordó el Papa Francisco:
«“Auméntanos la fe”, pedimos también nosotros al comienzo de esta conversación. Lo hacemos con la sencillez del Catecismo, que dice: Para vivir, crecer y perseverar hasta el fin en la fe debemos alimentarla con la Palabra de Dios; debemos pedir al Señor que nos la aumente (cf. Mc 9, 24; Lc 17, 5; 22, 32); debe «actuar por la caridad» (Ga 5, 6; cf. St 2, 14-26), ser sostenida por la esperanza (cf. Rm 15, 13) y estar enraizada en la fe de la Iglesia» (n. 162).
«Me ayuda apoyarme en tres puntos firmes: la memoria, la esperanza y el discernimiento del momento», subrayó el Papa, destacando luego que «la memoria, como dice el Catecismo, se arraiga en la fe de la Iglesia, en la fe de nuestros padres; la esperanza es lo que nos sostiene en la fe; y el discernimiento del momento, lo tengo presente en el momento de actuar, de poner en práctica aquella «fe que debe actuar por la caridad»»:
El Obispo de Roma explicó los pasos de su meditación:
«Dispongo de una promesa –siempre es importante recordar la promesa del Señor que me ha puesto en camino–.
Estoy en camino –tengo esperanza–: la esperanza me indica el horizonte, me guía: es la estrella y es también lo que sostiene, es el ancla, anclada en Cristo.
Y, en el momento específico, en cada encrucijada debo discernir un bien concreto, el paso adelante en el amor que puedo dar, y también el modo en el que el Señor quiere que lo cumpla».
Hacer memoria fue el primer punto que señaló el Papa:
«Hacer memoria de las gracias pasadas confiere a nuestra fe la solidez de la encarnación; la coloca en el interior de una historia, la historia de la fe de nuestros padres que «murieron en la fe, sin alcanzar el cumplimiento de las promesas: las vieron y las saludaron de lejos» (Heb 11, 13)».
Luego, el Santo Padre destacó la importancia de la esperanza.
«La esperanza, por su parte es la que abre la fe a las sorpresas de Dios. Nuestro Dios es siempre más grande que todo lo que podemos pensar e imaginar sobre Él, sobre lo que le pertenece y sobre su modo de actuar en la historia. La apertura a la esperanza confiere a nuestra fe frescor y horizonte».
Y, por último el discernimiento:
«El discernimiento, en fin, concretiza la fe, es lo que la hace obrar por la caridad, lo que nos permite dar un testimonio creíble: “Por medio de las obras, te demostraré mi fe” (Stgo 2, 18). Con estas tres cosas vamos adelante: memoria, esperanza, discernimiento del momento presente».