El Papa se confiesa y escucha en confesión a varios fieles durante casi una hora

Francisco dedicó su homilía a la confesión y la definió como «el paso de la miseria a la misericordia» y dijo que para Dios «antes que el pecado está el pecador».

«Pidamos tener el enfoque cristiano de la vida, donde antes que el pecado veamos con amor al pecador; antes de ver los errores, a quien se equivoca; antes que la historia, a la persona», animó el Papa ante los fieles, al celebrar un año más la iniciativa 24 horas para el Señor, que en plena Cuaresma anima a acudir al sacramento de la reconciliación.

En este sentido Francisco explicó que, tras la confesión, «el perdón da un nuevo comienzo y nos hace criaturas nuevas», pero apuntó que no se trata de «una fotocopia». «Recibir el perdón de los pecados a través del sacerdote es una experiencia siempre nueva, original e inimitable. Nos hace pasar de estar solos con nuestras miserias y nuestros acusadores, a sentirnos liberados», prosiguió.

Todo para librarse del mal, que —dijo— es «fuerte, tiene un poder seductor, atrae y cultiva».

Tras la Misa, el Papa se dirigió a uno de los confesionarios de las naves laterales de la basílica vaticana, ante el que se arrodilló para reconocer sus pecados, después de despojarse de los paramentos litúrgicos, vistiendo solo el hábito blanco. Después accedió al confesionario y atendió a varios fieles durante casi cincuenta minutos.

Efe / Redacción