El Papa sale al paso de las acusaciones vertidas contra Juan Pablo II
El director editorial del Dicasterio para la Comunicación ha tachado de «locura» y «difamación» las palabras del hermano de Emanuela Orlandi sobre el Pontífice polaco
El pasado martes de Pascua, día festivo en el Vaticano, el fiscal Alessandro Diddi convocó a Pietro Orlandi y a su abogada, Laura Sgrò, para hablar sobre el caso de Emanuela, ciudadana vaticana desaparecida sin dejar rastro hace 40 años. El Vaticano ha reabierto el caso, en palabras de Diddi, «porque el Papa Francisco quiere que se conozca toda la verdad». Orlandi pasó ocho horas reunido con el fiscal Diddi al que pidió que se investigue a tres cardenales que entonces ya eran miembros de la Curia porque «podrían contar con información sobre el caso»: el cardenal Giovanni Battista Re, el cardenal Leonardo Sandri y el cardenal Stanisław Dziwisz, entonces secretario personal de Juan Pablo II.
Ese mismo día, Pietro Orlandi acudió al programa Di Martedì, conocida transmisión italiana en la que se tratan temas de política y actualidad. El hermano de Emanuela acudió pertrechado con unas grabaciones de un miembro de la banda della Magliana, el grupo criminal que pudo haber estado implicado en la desaparición de su hermana en connivencia, según algunas teorías, con el Vaticano como parte de una oscura y complicada trama en la que también habría ramificaciones económicas relacionadas con el IOR. Esas grabaciones confirmarían una ‘revelación’ que expuso Orlandi con estas palabras: «Me cuentan que Wojtyla, cada tanto, salía de noche con dos monseñores polacos y no precisamente para bendecir casas».
«Solo acusaciones anónimas e infames»
Las insinuaciones provocaron una inmediata reacción primero desde Polonia. El arzobispo emérito de Cracovia, Dziwisz, emitió un comunicado en el que, si bien reconoce en primer lugar que esta familia lleva sufriendo muchos años, ello no es óbice para proferir unas declaraciones «innobles» como las de Orlandi contra una persona que ya no está y que, por tanto, no puede defenderse. Al día siguiente, Andrea Tornielli director editorial del Dicasterio para la Comunicación, firmó un editorial en el Osservatore Romano en el que tacha de «locura» y «difamación» tales acusaciones. «¿Pruebas? Ninguna. ¿Indicios? Tampoco. ¿Testigos por lo menos de segundo o tercer orden? Ni siquiera la sombra. Solo acusaciones anónimas e infames», escribía en el periódico del Vaticano.
Este domingo, domingo de la Divina Misericordia, fiesta incluida en el calendario litúrgico por Juan Pablo II, el Papa Francisco ha salido también al paso de estas palabras y ha sido claro: «Dirijo un pensamiento agradecido a la memoria de San Juan Pablo II, en estos días objeto de insinuaciones ofensivas e infundadas».
El proceso ahora se ha vuelto a enturbiar por estas declaraciones y por la negativa de la abogada Sgrò de dar al fiscal vaticano una serie de nombres que solicita para proseguir con la investigación.
Preocupación por Sudán
Al concluir el rezo de la oración mariana, el Pontífice ha hecho otros llamamientos. Por ejemplo, ha mostrado su preocupación por el devenir de los acontecimientos en Sudán donde, de nuevo, se respira un clima de guerra civil. Ha pedido paz y diálogo. Ha clamado de nuevo contra la multiplicación de los conflictos armados en el planeta donde «las guerras continúan y continúan sembrando la muerte de manera espantosa» y, de nuevo, ha pedido paz para Ucrania al felicitar a los hermanos de las Iglesias Ortodoxas que hoy celebran la Pascua del Señor.