El Papa renueva la Comisión de Protección de Menores que investiga abusos sexuales
Cambian nueve de los dieciséis miembros y se crea un grupo asesor formado por víctimas
Como había adelantado personalmente el pasado mes, el Papa Francisco ha renovado la Pontificia Comisión de Protección de Menores frente a abusos sexuales a cargo de sacerdotes o religiosos incorporando nueve miembros que se añaden a los siete reconfirmados en el cargo. La comisión, que sigue presidiendo el cardenal de Boston, Sean O’Malley, gana en variedad geográfica y profesional.
La principal novedad en el nuevo esquema de trabajo es que, siguiendo una experiencia muy positiva en el Reino Unido, la baronesa Sheila Hollins, antigua presidenta del Royal College of Psychiatrists y de la British Medical Association, ha seleccionado un Grupo Consultor Internacional de Víctimas, que realizará propuestas específicas para ayudar a la Comisión.
La Comisión de Menores —probablemente la mejor del mundo— tiene como tarea elaborar directrices e impartir cursos prácticos de formación en la Curia vaticana, las diócesis y los institutos religiosos como los 200 realizados en su primer mandato trienal. Los trámites disciplinarios específicos contra sacerdotes corresponden, en cambio, a la Congregación para la Doctrina de la Fe, que trabaja en secreto.
Víctimas en el anonimato
La segunda novedad consiste en no identificar a las víctimas de abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes o religiosos que figuran entre los nueve nuevos miembros de la Comisión.
Según un comunicado del Vaticano, «la Comisión apoya el derecho de cada persona que haya sufrido abusos a revelar en público o no la propia experiencia. Los nuevos miembros han decidido hacerlo público solo dentro de la Comisión, que considera su derecho a la privacidad como un valor a respetar».
De este modo se evita las tensiones sufridas por dos antiguas víctimas, la irlandesa Marie Collins y el británico Peter Saunders, que se encontraban entre dos fuegos.
Como sus casos eran conocidos, algunas otras víctimas de abuso muy activas en medios de comunicación les pedían que tomasen medidas drásticas superiores a la competencia de la Comisión, o a la velocidad de cambio de una burocracia como la del Vaticano. Incluso las acusaban agriamente en público de colaborar en el ocultamiento del problema. El resultado fue que tanto Saunders como Collins abandonaron la Comisión en un clima de desencanto.
La superación de traumas requiere elementos de intimidad. El Papa Francisco recibe varias veces al mes a víctimas de abusos sexuales individualmente o en grupos, pero estrictamente en privado, pidiendo de antemano que no se divulguen esos encuentros.
Los nuevos miembros
Entre los nuevos miembros de la Comisión destaca la norteamericana Teresa Kettlekamp, antigua coronel de la Policía Estatal de Illinois y experta como directora ejecutiva de la secretaria de protección de menores en la conferencia episcopal de su país.
El ex juez del Tribunal de Apelación de la Corte Suprema de Australia Occidental, Neville John Owen, es un experto en la respuesta a la crisis en su país, mientras que la profesora de Derecho Canónico en Nimega, Myriam Wijlens, es una holandesa experta en protección de niños y legislación eclesiástica.
Entre los miembros fundadores que continúan en la Comisión destacan Hanna Suchocka, profesora de Derecho Constitucional, especialista en Derechos Humanos y antigua primera ministra de Polonia, así como el jesuita alemán Hans Zollner, psicoterapeuta y director del Centro de Protección de Menores de la Universidad Gregoriana.
La historia de la Comisión, sus actividades y sus miembros pueden encontrarse en español, italiano e inglés en su página web www.protectionofminors.va.
El nombramiento de la lista completa de miembros de la Comisión en su segundo mandato trienal se ha retrasado un par de meses debido, según explicó el Papa el pasado 23 de enero en su conferencia de prensa durante el vuelo de regreso del viaje a Chile y Perú, a que «se completó la lista el martes antes de iniciar este viaje, pero era necesario clarificar algunas observaciones sobre alguno de los nuevos miembros, estudiar su curriculum… El cardenal O’Malley ha trabajado bien. Los plazos son los normales en nombramientos de este tipo».
Investigador especial para Chile
En paralelo con la actividad investigadora normal de las diócesis y de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el Papa Francisco nombra de vez en cuando investigadores especiales, como ha hecho recientemente para escuchar a todas las personas que quieran aportar información sobre el caso del sacerdote pedófilo chileno Fernando Karadima, ya sancionado por la Iglesia, y las acusaciones de encubrimiento de algunos de sus actos presentadas contra el obispo de Osorno, Juan Barros.
El investigador es el arzobispo de Malta, Charles Scicluna, quien fue durante muchos años el «fiscal especial» del Vaticano en casos de abuso de menores.
Scicluna empieza ahora su trabajo en Nueva York escuchando a Juan Cruz Cruz, que trabaja en comunicación en esa ciudad, y ha acusado repetidamente en público al obispo Juan Barros de no haber hecho nada después de haber visto cómo Karadima le besaba y le acariciaba cuando tenía 17 años y formaba parte de la comunidad de jóvenes dirigida por ese sacerdote en la capital chilena.
Los presuntos hechos tuvieron lugar hace décadas y el obispo Barros ha vuelto a repetir públicamente en enero que «yo nunca supe nada ni podía imaginar los tremendos abusos que ese sacerdote (Karadima) cometió contra sus víctimas».
El caso Barros
Como las acusaciones le han enemistado con parte de los fieles de la diócesis de Osorno, el obispo Juan Barros ha presentado ya dos veces la renuncia al Papa para evitar polémicas, pero Francisco ha dicho a los periodistas que no la ha aceptado pues Barros se declara inocente y no sería justo cesar a alguien simplemente por haber sido acusado.
Scicluna escuchará ahora en Chile a toda persona que quiera facilitarle información sobre el obispo Juan Barros, y presentara después su informe al Papa.
Juan Vicente Boo / ABC