El Papa reivindica la «cultura del cuidado» frente a «la indiferencia egoísta y la protesta violenta» - Alfa y Omega

El Papa reivindica la «cultura del cuidado» frente a «la indiferencia egoísta y la protesta violenta»

En su mensaje para la 55ª Jornada Mundial de la Paz, Francisco subraya el «diálogo entre generaciones», la «educación» y el «trabajo» como «instrumentos para construir una paz duradera»

José Calderero de Aldecoa
El Papa advierte contra el repliegue sobre uno mismo que ha provocado la pandemia. Foto: Cáritas Diocesana de Córdoba.

El ruido ensordecedor de las guerras y los conflictos, enfermedades de proporciones pandémicas, el cambio climático, la degradación del medioambiente,… Todo ello está a la orden del día «a pesar de los numerosos esfuerzos encaminados a un diálogo constructivo entre las naciones», denuncia el Papa, y provoca el empeoramiento de «la tragedia del hambre y la sed» y hace que siga predominando «un modelo económico que se basa más en el individualismo que en el compartir solidario».

Ante esta realidad se sitúa la paz, que es «tanto un don de lo alto como el fruto de un compromiso compartido», ha asegurado Francisco en su mensaje para la 55ª Jornada Mundial de la Paz que se celebrará el próximo sábado 1 de enero de 2022. Por eso, «todos pueden colaborar en la construcción de un mundo más pacífico», ha añadido el Pontífice, quien ha propuesto tres caminos para lograrlo.

Diálogo entre generaciones

El Santo Padre se ha referido en primer lugar al diálogo entre generaciones, el cual ha reivindicado frente a «la indiferencia egoísta y la protesta violenta». Este encuentro es la «fuerza propulsora de una política sana» que no solo pone parches «sino que se ofrece como forma eminente de amor al otro en la búsqueda de proyectos compartidos y sostenibles».

Para el Papa, «dialogar significa escucharse, confrontarse, ponerse de acuerdo y caminar juntos», y de esta experiencia los jóvenes pueden aprender –«necesitan»– de la «experiencia existencial, sapiencia y espiritual de los mayores»; y los mayores, por su parte, «necesitan el apoyo, el afecto, la creatividad y el dinamismo de los jóvenes».

Pero para este diálogo se requiere recuperar la «confianza mutua» que la pandemia ha horadado. De esta forma, «podremos estar bien arraigados en el presente; frecuentar el pasado para aprender de la historia y sanar las heridas»; y también «el futuro para alimentar el entusiasmo» o «hacer florecer esperanzas».

La instrucción y la educación

El segundo camino propuesto por Francisco para construir una paz duradera es el de la instrucción y la educación, porque «constituyen los principales vectores de un desarrollo humano integral: hacen a la persona más libre y responsable, y son indispensables para la defensa y la promoción de la paz».

A pesar de estos grandes beneficios, «su presupuesto ha disminuido significativamente a nivel mundial en los últimos años», al contrario de lo que ocurre con los gastos militares, que «han aumentando de modo exorbitante», ha criticado el Pontífice. En este sentido, ha pedido dar un vuelco a esta situación. «La búsqueda de un proceso real de desarme internacional no puede sino causar grandes beneficios al desarrollo de pueblos y naciones, liberando recursos financieros que se empleen de manera más apropiada para la salud, la escuela, las infraestructuras y el cuidado del territorio, entre otros», ha añadido.

Este hipotético aumento de la inversión en educación a Francisco le gustaría que estuviera acompañado «por un compromiso más consistente orientado a promover la cultura del cuidado», que, «frente a las fracturas de la sociedad y a la inercia de las instituciones, puede convertirse en el lenguaje común que rompa las barreras y construya puentes».

Promover el trabajo

Por último, Bergoglio ha reflexionado sobre el mundo del trabajo, que es «un factor indispensable para construir y mantener la paz», pero que estaba afrontando múltiples desafíos» que «se han visto agravados por la COVID-19». Particularmente devastador «ha sido el impacto de la crisis sobre la economía informa que a menudo afecta a los trabadores migrantes», ha lamentado el Santo Padre.

La respuesta a esta situación «solo puede venir a través de una mayor oferta de las oportunidades de trabajo digno». En la actualidad «es más urgente que nunca que se promuevan en todo el mundo condiciones laborales decentes y dignas, orientadas al bien común y al cuidado de la creación. Es necesario asegurar y sostener la libertad de las iniciativas empresariales y, al mismo tiempo, impulsar una responsabilidad social renovada, para que el beneficio no sea el único principio rector».

Oración por las víctimas

El Papa concluye su mensaje para la Jornada Mundial de la Paz renovando su agradecimiento «a cuantos se han comprometido a garantizar la instrucción, la seguridad y la tutela de los derechos, para ofrecer la atención médica, para facilitar el encuentro entre familiares y enfermos, para brindar ayuda económica a las personas indigentes o que han perdido el trabajo».

Asimismo, Francisco asegura su recuerdo «en la oración por todas las víctimas y sus familias» y pide «que sean cada vez más numerosos quienes, sin hacer ruido, con humildad y perseverancia, se conviertan cada día en artesanos de paz».

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