El Papa reforma Doctrina de la Fe para reforzar la evangelización y los procesos sobre abusos
El Vaticano ha publicado este lunes el motu proprio Fidem servare –Custodiar la fe– con el que el Papa Francisco modifica el organigrama de la Congregación para la Doctrina de la Fe, separando los responsables de las secciones Doctrinal y Disciplinaria
Tal y como recoge Vatican News, el Papa Francisco ha modificado la estructura interna de la Congregación para la Doctrina de la Fe, separando en dos secciones distintas las competencias doctrinales y disciplinarias y asignando un secretario a cada una.
El objetivo de la reforma es dar la debida importancia a la sección doctrinal y a su papel fundamental en la promoción de la fe, sin disminuir la actividad disciplinaria, tras emplear durante décadas muchos esfuerzos y recursos humanos en el examen de los casos de abusos. De este modo, con su propio secretario, cada sección tendrá más fuerza y autonomía.
La sección que se ocupa de la parte doctrinal trabaja «con los asuntos relativos a la promoción y protección de la doctrina de la fe y la moral». También promueve estudios destinados a incrementar la comprensión y la transmisión de la fe al servicio de la evangelización. Asimismo, examina los documentos que van a ser publicados por otros dicasterios, así como los escritos y opiniones «que parecen problemáticos para la recta fe, fomentando el diálogo con sus autores y proponiendo remedios adecuados».
A esta sección se le confía la tarea de estudiar las cuestiones relativas a los ordinariatos personales de los exanglicanos y la gestión de la oficina matrimonial, y examina la disolución de los matrimonios entre dos personas no bautizadas o entre un bautizado y un no bautizado.
La sección relativa a la disciplina se ocupa de los delitos tratados a través del Supremo Tribunal Apostólico. Su tarea es «preparar y elaborar los procedimientos previstos por las normas canónicas para que la congregación pueda promover una correcta administración de justicia». Para ello, dicha sección «promueve iniciativas de formación adecuadas» ofrecidas a los obispos y a los juristas, «con el fin de favorecer una correcta comprensión y aplicación de las normas canónicas relativas a su ámbito de competencia».