El Papa recuerda el sentido cristiano del sufrimiento
Benedicto XVI quiere que la celebración de la próxima Jornada Mundial del Enfermo, el 11 de febrero, sirva para «recordar la luminosa enseñanza del Concilio Vaticano II sobre el sentido cristiano del sufrimiento y el modo de compartirlo entre los hermanos». Para ello, se concederán indulgencias plenarias y parciales a quienes «siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, se coloquen al servicio de los hermanos que sufren» en algún hospital, o a los enfermos y ancianos que «lleven adelante los dolores y las adversidades de la vida, elevando con humilde confianza el alma a Dios y ofreciendo abierto testimonio de fe mediante el camino del Evangelio del sufrimiento»
El 11 de febrero, memoria litúrgica de la Virgen María de Lourdes, en el Santuario mariano de Altötting, se celebrará la XXI Jornada Mundial del Enfermo. Para acompañar esta «peregrinación espiritual», como la define el Papa en su Mensaje para este día, desde Lourdes hasta Altötting, Benedicto XVI propone la figura del Buen Samaritano, «con la que Jesús nos enseña el amor profundo de Dios por todo ser humano, especialmente cuando experimenta la enfermedad y el dolor». Pero, además, con sus palabras finales, elegidas para el lema de este año, Anda y haz tú lo mismo, «el Señor nos señala cuál es la actitud que todo discípulo suyo ha de tener hacia los demás, especialmente hacia los que están necesitados de atención», recalca el Papa.
Se trata «de extraer del amor infinito de Dios, a través de una intensa relación con él en la oración, la fuerza para vivir cada día como el Buen Samaritano, con una atención concreta hacia quien está herido en el cuerpo y el espíritu, hacia quien pide ayuda, aunque sea un desconocido y no tenga recursos». Esto no sólo vale para los agentes pastorales y sanitarios, recuerda el Papa, «sino para todos, también para el mismo enfermo, que puede vivir su propia condición en una perspectiva de fe», especialmente en este Año de la fe.
Por eso, del 7 al 11 de febrero, Benedicto XVI concederá Indulgencias plenarias y parciales, porque, según recoge el Decreto de la Penitenciaría Apostólica –firmado por monseñor Manuel Monteiro de Castro, Penitenciario Mayor, y el Regente, monseñor Krzysztof Nykiel–, en este Año de la fe, es «bueno recordar la luminosa enseñanza del Concilio Vaticano II sobre el sentido cristiano del sufrimiento y el modo de compartirlo entre los hermanos».
El Decreto recuerda a los fieles que la indulgencia se concede, «siempre y cuando los fieles, siguiendo el ejemplo del Buen Samaritano, se coloquen al servicio de los hermanos que sufren». Si a su vez son enfermos, el texto pide que «lleven adelante los dolores y las adversidades de la vida, elevando con humilde confianza el alma a Dios y ofreciendo abierto testimonio de fe mediante el camino del Evangelio del sufrimiento».
Éstas son las condiciones para recibir las Indulgencias, según el Decreto:
• Podrán obtener una vez al día la Indulgencia plenaria los fieles, que con ánimo verdaderamente arrepentido y contrito, cumplan con las condiciones de Confesión sacramental, Comunión eucarística y oración según las intenciones del Santo Padre, y también aplicar en sufragio a las almas de los fieles difuntos. En cualquier ocasión, del 7 al 11 de febrero próximo, en el Santuario Mariano de Altötting –Alemania– o en cualquier otro lugar establecido por la Autoridad eclesiástica. También han de participar en una ceremonia celebrada para implorar a Dios los propósitos de la Jornada Mundial del Enfermo y rezar el Padre Nuestro, el Credo y una invocación a la Bienaventurada Virgen María.
• Los fieles que en los hospitales públicos o en cualquier casa privada asisten caritativamente, como el Buen Samaritano, a los enfermos y, a causa de su servicio no pueden participar en las celebraciones arriba indicadas, obtendrán el mismo don de la Indulgencia plenaria, si en esos días prestan generosamente su caritativa asistencia como si lo hicieran al mismo Cristo. Rezarán el Padre Nuestro, el Credo y una invocación a la Bienaventurada Virgen María, teniendo el ánimo alejado de todo pecado con el propósito de cumplir con las condiciones requeridas para la obtención de la Indulgencia plenaria.
• Los fieles que por enfermedad, por edad avanzada o por otra razón, están impedidos para tomar parte en la ceremonia arriba indicada, obtendrán la Indulgencia plenaria, siempre y cuando, manteniendo el ánimo alejado de cualquier pecado y proponiéndose cumplir con las condiciones conocidas, participen espiritualmente en las celebraciones de los días determinados, mientras las celebraciones y el Mensaje del Santo Padre sean transmitidos por televisión y radio. También han de orar por todos los enfermos y ofrecer a Dios, mediante la Virgen María, sus sufrimientos físicos y espirituales.
• La indulgencia parcial es concedida a todos los fieles que, en cualquier ocasión, dirijan a Dios misericordioso, con el corazón arrepentido, en los días arriba indicados, plegarias en auxilio de los enfermos, en el espíritu de Año de la fe.
• Finalmente, se recuerda que en la conclusión de la Jornada, en la memoria litúrgica de la Virgen de Lourdes, monseñor Zygmunt Zimowski Presidente del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Agentes Sanitarios, presidirá en el Santuario Mariano de Altötting, de la Diócesis de Passau, en Alemania, una solemne celebración eucarística, con la administración del sacramento de la Unción de los enfermos.