El Papa recuerda a los cristianos perseguidos en Siria e Irak - Alfa y Omega

El Papa recuerda a los cristianos perseguidos en Siria e Irak

A través de un mensaje da las gracias al grupo Nazarat que, desde hace 10 años, se reúne cada mes en varias ciudades italianas para rezar por las víctimas de persecución religiosa

Ángeles Conde Mir
Una estatua de la Virgen en Qaraqosh tras el paso del ISIS. Foto: CNS photo/Goran Tomasevic, Reuters

En agosto de 2014, el Dáesh, autoproclamado Estado Islámico, arrasó con el Sinjar iraquí, Mosul y varias localidades cristianas de la Llanura del Nínive como Karamles, Alqosh o Qaraqosh. Las huestes terroristas penetraron en territorio iraquí desde Siria fulminando las fronteras entre ambos países. En el momento más álgido de su dominación, llegaron a someter un territorio equivalente al de las Islas Británicas. A su paso, asesinaron a todo aquel que no se declaraba musulmán, según sus mentalidad radical. Persiguieron y mataron a los yazidíes, a los cristianos y a otros musulmanes que no compartían su visión de la religión. Establecieron su capital iraquí en Mosul, eliminando la presencia cristiana de sus calles. La capital en Siria era la ciudad de Raqqa, que conservaba importantes relicarios de mártires armenios.

El Dáesh no fue eliminado militarmente hasta 2017. La batalla para liberar Mosul de los yihadistas se consideró una de las más cruentas jamás vistas desde la II Guerra Mundial. Diez años después, apenas han regresado cristianos a la Llanura del Nínive o Mosul. Hace unos días, con motivo del décimo aniversario de aquella tragedia, el cardenal Louis Raphael Sako, patriarca de Bagdad de los caldeos, en una entrevista a la Agencia Fides, explicaba que, de las 1.200 familias cristianas que había en Mosul, solo han regresado 30. Contaba además que estiman que cada mes unas 100 familias cristianas abandonan el país.

En este décimo aniversario se cumplen también 10 años de actividad del grupo Nazarat. Desde ese fatídico agosto de 2014, se han reunido en 120 ocasiones para rezar el rosario por los cristianos perseguidos en Oriente Medio. La iniciativa comenzó a partir de un grupo de amigos en la ciudad italiana de Rimini. Desde entonces, se ha extendido por todo el país convirtiéndose en una cita fija el 20 de cada mes. Nazarat también ha recogido fondos para ayudar a paliar la situación de los desplazados y refugiados cristianos en Irak y en Siria, donde las condiciones de vida son precarias por la guerra y los embargos. Entre otras cosas, el dinero se ha empleado para reconstruir hogares, conventos o parroquias.

Ante el encuentro del 20 de agosto, Francisco ha enviado una misiva a Marco Ferrini, coordinador de Nazarat. En ella, el Papa agradece «el testimonio de caridad amorosa, de cercanía y, sobre todo, de unión en el dolor de los pueblos heridos por la injusticia, la opresión, el odio y la codicia». Francisco les dice que, más que nunca, la humanidad necesita «la Buena Nueva de la paz» que los cristianos estamos llamados a anunciar y compartir. «Seguid siendo promotores de una cultura de respeto hacia todos, de acogida y de una fraternidad, donde todos puedan saborear el pan de comunión y solidaridad», concluye el Pontífice.