El Papa reclama más «apoyo» internacional a Afganistán tras las inundaciones que dejan más de 350 muertos - Alfa y Omega

El Papa reclama más «apoyo» internacional a Afganistán tras las inundaciones que dejan más de 350 muertos

Asegura que el amor a Dios empuja donde «humanamente no iríamos: es amor por los pobres, por lo que no es amable, por los que no nos quieren y no son agradecidos. Es amor por lo que nadie amaría; incluso por el enemigo»

Victoria Isabel Cardiel C.
El Papa en la celebración de la audiencia general en la plaza de San Pedro
El Papa en la celebración de la audiencia general en la plaza de San Pedro.

El Papa ha reclamado durante la audiencia general de este miércoles más «ayudas» a Afganistán y ha pedido el «apoyo necesario» de la comunidad internacional al país después de que unas lluvias inusualmente fuertes hayan azotado durante los últimos días varias provincias del país asiático, en particular la de Baglán, en el norte.

Según la última actualización del alcance de la tragedia, proporcionada por el Ministerio para los Refugiados del régimen talibán, 352 personas han fallecido y 1.630 han resultado heridas por estas inundaciones, que golpearon con especial virulencia las provincias afganas de Baglán, Takhar, Badakhshan, Herat y Ghor. Los afganos también han sido testigos de fuertes nevadas en las últimas semanas, lo que da prueba de que esta nación es una de las más vulnerables del mundo al cambio climático.

Ante cientos de fieles, Francisco ha hecho un llamamiento a la comunidad internacional para que «proporcione inmediatamente la ayuda y el apoyo necesarios para proteger a los más vulnerables» del país. «Mi pensamiento está con el pueblo de Afganistán, duramente golpeado por las trágicas inundaciones que han causado numerosas pérdidas de vidas humanas, incluidos niños, y que siguen provocando la destrucción de muchos hogares», ha manifestado Francisco. Asimismo, ha asegurado sus oraciones por las víctimas, especialmente por los menores y sus familias.

El Pontífice ha aprovechado su cita pública con los fieles para reclamar una vez más la paz en el mundo: «Recemos por la paz, recemos por todos los pueblos que sufren la guerra. Todos juntos, con un gran corazón, recemos por la paz definitiva. Y nada de guerras, ¡nada! Porque la guerra es siempre una derrota, siempre».

En su catequesis semanal, Francisco se ha referido a la caridad, la tercera virtud teologal. Para ello ha hablado de los cristianos de Corinto, que sufrían «divisiones internas» y entre ellos había quienes, incluso, «pretendían tener siempre la razón y no escuchaban a los demás, considerándolos inferiores». Así ha recordado que el apóstol Pablo los reprendió con un «juicio severo» al registrarse un escándalo que tocó incluso «el momento de mayor unidad de una comunidad cristiana» es decir, la Cena del Señor, la celebración de la Eucaristía. Había algunos que aprovechaban «para comer y beber, excluyendo a los que no tienen nada».

El Papa ha explicado que probablemente todos estaban convencidos de que «eran buenas personas», y si se les hubiera interrogado sobre el amor, «habrían respondido que el amor era ciertamente un valor importante para ellos, al igual que la amistad y la familia». Sin embargo, Francisco ha señalado que la caridad, o el amor que viene de Dios, va más allá de la «benevolencia que conlleva la amistad».

Amor «por los enemigos»

Así, ha manifestado que los corintios «también experimentan el amor a la patria y el amor universal a toda la humanidad». Pero hay un amor más grande que esto, «un amor que viene de Dios y se dirige a Dios, que nos permite amar a Dios, convertirnos en sus amigos, y nos permite amar a nuestro prójimo como Dios le ama, con el deseo de compartir la amistad con Dios», ha explicado el Papa. Este amor, por medio de Cristo, nos empuja donde «humanamente no iríamos: es amor por los pobres, por lo que no es amable, por los que no nos quieren y no son agradecidos. Es amor por lo que nadie amaría; incluso por el enemigo. Esto es teológico, esto viene de Dios, esto es obra del Espíritu Santo en nosotros». Incluso en nuestro tiempo, ha explicado el Papa, «el amor está en boca de todos, en boca de muchas personas influyentes y en los estribillos de muchas canciones». «Se habla mucho del amor, pero ¿qué es el amor?», se ha preguntado.

Por ello, ha hecho hincapié en que no debe haber «confusión» entre el amor humano y el amor de la virtud teologal, el que solo «nos viene de Dios». Por ello, ha asegurado que muchas personas son buenas porque «aman a su familia y a sus amigos», pero, en realidad, saben muy poco «del amor de Dios».

En este sentido, ha detallado que si bien «los cristianos son capaces de todos los amores del mundo» también deben saber «amar a los enemigos». Ha reconocido que este es un amor «difícil», incluso «imposible de practicar si no se vive en Dios». «Estamos acostumbrados a hablar de enemigos. Estamos acostumbrados, ante un insulto o una maldición, a responder con otro insulto y otra maldición», ha lamentado finalmente.