El Papa recibirá a los obispos canarios para hablar de migraciones

El Papa Francisco recibirá el 15 de enero al presidente del Gobierno de Canarias, Fernando Clavijo, y a los tres obispos de la comunidad autónoma —Bernardo Álvarez, obispo de Tenerife; José Mazuelos, obispo de Canarias; y Cristóbal Déniz, obispo auxiliar de Canarias— para hablar sobre la crisis migratoria, según ha informado la diócesis de Canarias en un comunicado.

«Este encuentro pone de manifiesto la unidad existente entre todas las instituciones con el deseo de paliar la dolorosa situación de quienes, cada vez con más frecuencia, llegan a nuestras costas en busca de un futuro mejor», se lee en el texto. La audiencia se ha dado a conocer el mismo día en el que se ha hecho pública una carta del Pontífice en la que reflexiona sobre la acogida de la Iglesia, y del pueblo canario en general, ante el incremento de personas que tocan tierra en las islas.

El Santo Padre agradece en su texto «los grandes esfuerzos» que se hacen para atender la emergencia humanitaria y elogia «la sensibilidad y hospitalidad» que está demostrando el pueblo canario. Esta actitud, según el Papa, está dejando «huella también en el modelo de acoger, proteger, promover e integrar a los hermanos que llegan a sus costas buscando un porvenir. ¡Gracias por abrir las puertas del corazón a los que sufren!».

En la misiva, dirigida a los fieles de Canarias, Francisco dice ser consciente de la «difícil situación que está atravesando el archipiélago canario debido a la crisis migratoria» con la llegada a lo largo de este año de más 33.000 personas a las islas en pateras y cayucos. Estas cifras ya superan el máximo histórico de 2006.

El Pontífice pide a los obispos de las islas que transmitan a los ciudadanos del archipiélago su «aliento y cercanía» por esta situación y también por la forma como están respondiendo. «Al afrontar estos desafíos, que comprendo que no son nada fáciles, les pido que no se desanimen y que sigan construyendo redes de amor y faros de esperanza que iluminen las sendas de la nueva humanidad, dispuesta a inclinarse, como el buen samaritano, para curar las heridas de los que están caídos», concluye.