El Papa recibirá a cerca de 6.000 ancianos con sus nietos el próximo sábado
«La incomunicación entre generaciones tiene consecuencias dramáticas», ha asegurado el prefecto de la Pontificia Academia para la Vida en la presentación del evento
Las historias de soledad de los ancianos escuecen en una sociedad que marcha demasiado deprisa, sin tiempo para mirarse a los ojos. Son muchos los que jalonan el día con la sola compañía de la televisión encendida, enfrascados en sus recuerdos de juventud como único aliciente para seguir adelante.
El abandono de la tercera edad es un problema social —común en varios países de Europa— que preocupa mucho al Papa. Por este motivo instituyó en 2020, en plena pandemia de COVID 19, la Jornada Mundial de los Abuelos y las Personas Mayores. Sin embargo, el Pontífice ha querido honrar a la vejez con otro multitudinario evento en el Vaticano el próximo sábado, 27 de abril. Francisco acogerá en el Aula Pablo VI del Vaticano a 6.000 ancianos con sus nietos en un intento de concienciar al mundo de que los ancianos son útiles y frenar su marginación.
En la presentación del evento en la Sala de Prensa del Vaticano, el prefecto de la Pontificia Academia para la Vida, Vincenzo Paglia, ha asegurado que la cita se realiza para ofrecer una «nueva visión de la vejez». «La vejez es una gran edad, no un descarte ni un peso. La vejez no está desligada de otras edades de la vida», ha manifestado. «No es solo un evento bellísimo, sino que puede significar un cambio de dirección, en el interior de la cultura, sociedad, economía y también de la religión», ha añadido.
Tras referirse a la situación demográfica del país trasalpino, donde el descenso de la natalidad y las mayores posibilidades de supervivencia de las personas mayores han hecho que la población envejezca considerablemente, el obispo italiano ha manifestado que en la actualidad existe cierto «miedo» a utilizar la palabra «viejo». «Solo en Italia hay 14 millones de personas sobre las que no existe ningún pensamiento político, económico, sanitario, cultural o incluso religioso», ha denunciado a este respecto.
«Por primera vez en la historia de la humanidad, cuatro generaciones conviven en muchos países. Es algo que nunca había sucedido», ha asegurado el prefecto de la Pontificia Academia para la Vida al presentar el encuentro del sábado, que se estructura en torno al título La caricia y la sonrisa y que ha sido impulsado por la fundación italiana Età Grande.
Paglia también ha mencionado la Carta de derechos de los ancianos y de los deberes de la sociedad, que consiguió reformar la asistencia a los ancianos de Italia, privilegiando la atención domiciliar al uso de residencias. El documento fue fruto de los trabajos realizados en el país por la Comisión para la Reforma de la Atención Sanitaria y Social de la Población Mayor (o Tercera Edad), creada en 2021 por el Ministerio de Sanidad. Por aquel entonces estaba al frente del mismo el político Roberto Speranza, del partido Libres e Iguales, el ala más a la izquierda de la coalición al frente del Gobierno italiano.
«Espero que pueda ser un ejemplo contagioso también para muchos otros países», ha asegurado Paglia. Del mismo modo, ha incidido en el problema de la «incomunicación entre generaciones» que —a su juicio— «corre el riesgo de tener consecuencias dramáticas». «Entre abuelos y nietos (…) hay una armonía especial, una complicidad que entre otras generaciones no hay, porque son dos generaciones que no pueden vivir sin la ayuda de los demás. Si no hubiera abuelos, el problema no sería solo afectivo y relacional, sino también económico». En Italia, ha concluido, «la contribución económica que ofrecen los abuelos es de 38.000 millones».