Francisco receta «menos pantallas» y más mirarnos «a los ojos» - Alfa y Omega

Francisco receta «menos pantallas» y más mirarnos «a los ojos»

«Si pasamos más tiempo con el móvil que con la gente, algo no funciona», ha advertido el Pontífice en El Vídeo del Papa

José Calderero de Aldecoa
Una mujer consulta su teléfono
Una mujer consulta su teléfono. Foto: OSV News / CNS file, Tyler Orsburn.

El Papa Francisco ha puesto a la Iglesia a rezar para que «el uso de las nuevas tecnologías no reemplace las relaciones humanas», sino que «respete la dignidad de las personas, y ayude a afrontar las crisis de nuestro tiempo». Es la petición que ha hecho a través de la iniciativa El Vídeo del Papa, que recoge las intenciones de oración mensuales del Pontífice.

El tema propuesto coincide con el debate al respecto que está teniendo lugar en Madrid, después de que la presidenta de la comunidad, Isabel Díaz Ayuso, prohibiera el uso de las pantallas a nivel educativo en las etapas de Infantil y Primaria.

La intervención del Papa, sin embargo, no se centra en los centros escolares, sino que va más allá y parece realizar una propuesta antropológica ante la interrupción de las pantallas en la vida cotidiana. En este sentido, el Pontífice expresa el siguiente deseo: «¡Cuánto me gustaría que mirásemos menos las pantallas y nos mirásemos más a los ojos!» Y añade: «Si pasamos más tiempo con el móvil que con la gente, algo no funciona. La pantalla nos hace olvidar que detrás hay personas reales que respiran, ríen y lloran».

Usar para el bien

No obstante, el Santo Padre reconoce que «la tecnología es fruto de la inteligencia que Dios nos ha dado», pero «hay que usarla bien». Como ejemplo, ha propuesto utilizarla «para unir, no para dividir. Para ayudar a los pobres. Para mejorar la vida de los enfermos y de las personas que tienen capacidades diferentes. Usar la tecnología para cuidar de nuestra casa común. Para encontrarnos como hermanos»

Por último, Francisco advierte de que «cuando nos miramos a los ojos, descubrimos lo que realmente importa: que somos hermanos, hermanas, hijos del mismo Padre».