El Papa propone nuevos modelos de santidad
Benedicto XVI ha reconocido las virtudes heroicas de Pablo VI. Tras recibir, el pasado jueves, al cardenal Amato, Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos, el Papa firmó nada menos que 22 Decretos, el mayor número, hasta ahora, de su pontificado. El Papa ha despejado el camino para la próxima canonización de tres nuevos santos, y ha firmado otros 21 Decretos, entre los cuales, se incluye el martirio de 34 españoles durante la persecución de los años 30
La Causa de canonización de Pablo VI ha dado un paso decisivo, con la proclamación de sus virtudes heroicas. Para su beatificación, se requiere ahora la aprobación del milagro atribuido a su intercesión, y hay, al menos, dos en estudio: la curación de un feto con daños cerebrales irreversibles, hace 16 años en California, y la sanación de una monja que padecía un cáncer incurable.
En este mismo Año de la fe (esto es, antes de que termine noviembre de 2013), Benedicto XVI podría, por segunda vez, proclamar Beato a un antecesor. Si a Juan Pablo II, reconocido Beato en 2011, le unía una profunda amistad, el Papa Montini fue quien le nombró arzobispo de Munich y le creó cardenal. Además, éste fue el Papa que, en 1967, convocó, en 1967, el primer Año de la fe.
Pablo VI (1963-1978) podría convertirse así en el cuarto Papa Beato de la historia reciente de la Iglesia, tras Pío IX (1846-1878), Juan XXIII (1958-1963) y Juan Pablo II (1978-2006). Ya es santo Pío X (1903-1914), mientras que Pío XII es Venerable desde 2009, y podría estar también próxima su beatificación.
Mártires y fundadores españoles
Hay fuerte presencia española en el Decreto firmado por el Papa. Destaca el reconocimiento de 34 mártires, agrupados en cinco Causas. Previsiblemente, su beatificación tendrá lugar en octubre, en Tarragona, donde serán proclamados en torno a 500 nuevos Beatos.
Español es también el próximo Beato Cristóbal de Santa Catalina (1638-1690), fundador de la Congregación hospitalaria de Jesús Nazareno, en Córdoba. Otros dos fundadores españoles han sido declarados Venerables: Juan José Santiago Bonal (1769-1829), fundador de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, y Consuelo Barceló, cofundadora de las Religiosas Agustinas de Nuestra Señora del Consuelo.
Los nuevos santos son el Beato italiano Antonio Primaldo, martirizado en 1480, más dos religiosas de habla española. La Beata Laura Montoya (1874-1949), colombiana, se convertirá en la primera santa de su país. Según destacó Juan Pablo II, al beatificarla, en 2004, la futura santa creó la Congregación de las Misioneras de María Inmaculada y Santa María de Siena, preocupada al ver «cómo tantos indígenas, lejos de los centros urbanos, vivían desconociendo a Dios». También será canonizada la Beata mexicana Anastasia Guadalupe García Zavala (1878-1963), cofundadora de las Siervas de Santa Margarita María.
El próximo Beato Cristóbal López de Valladolid, más conocido como el padre Cristóbal de Santa Catalina, nació en Mérida en 1638. Tras ser capellán castrense, profesar en la Tercera Orden Franciscana y hasta vivir seis años en el desierto como anacoreta, fundó -al conocer las graves necesidades que vivía las mujeres de la zona- la Hospitalidad de Jesús Nazareno, en Córdoba. Su carisma se basaba en ocuparse del cuidado y atención de mujeres enfermas, con alguna discapacidad y pobres. Hoy, extendida por Europa e Iberoamérica, la Hospitalidad trabaja en casas de acogida para niños, centros de reinserción, residencias para personas mayores… En todas ellas, el lugar esencial es el reservado para el encuentro con Dios. Reconocido ya un milagro por su intercesión, sólo falta ya por concretarse la fecha de la beatificación.
El Santo Padre ha reconocido también las virtudes heroicas del padre Juan Bonal y de Joaquina Barceló. Bonal, nacido en Gerona en 1769, fue profesor de Gramática en Reus, donde nació su vocación de caridad y entrega hacia los más necesitados de aquel tiempo. Ya sacerdote, renunció a la enseñanza para dedicarse de lleno al servicio de los enfermos de varios hospitales, primero en Barcelona, y luego en Zaragoza, donde fundó la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Los Sitios de Zaragoza llevaron la ruina al hospital, y para paliar la pobreza, el padre Juan dedicó el resto de su vida a mendigar de pueblo en pueblo, como limosnero y predicando en el mundo rural, donde llegó a tener numerosos seguidores.
Joaquina Barceló -más tarde Consuelo Barceló- nació en Sarriá en 1857. Junto con su hermana Rita, se marchó a Filipinas, entonces colonia española, para cuidar de los niños que habían quedado huérfanos tras una epidemia de cólera. Para afrontar esta tarea, las hermanas fundaron la congregación de las Hermanas Agustinas de la Virgen de la Consolación, vinculada a la Orden de San Agustín, para dedicarse a la educación y el cuidado de los niños. Tras tener que volver a España por la guerra de Filipinas, Joaquina regresó a las islas, esta vez sola -Rita falleció en Barcelona-. Allí retomó su tarea hasta que falleció, en 1940.