El Papa pone a santa Teresa de Jesús como ejemplo del «papel extraordinario» de la mujer en la Iglesia
Ávila acoge hasta este jueves un congreso internacional con motivo del 50 aniversario de su proclamación como doctora de la Iglesia
El Papa Francisco se ha hecho presente en la primera jornada del Congreso Internacional Santa Teresa de Jesús, mujer excepcional con motivo del 50 aniversario de la proclamación de la santa andariega como doctora de la Iglesia por Pablo VI, a través de una carta enviada al obispo de Ávila, José María Gil Tamayo.
«Ella fue la primera mujer en recibir ese título que reconoce el precioso magisterio que Dios nos ha regalado en sus escritos y en el testimonio de su vida», comienza el Pontífice.
Así, continua diciendo que «la llama que Jesús encendió en Teresa sigue brillando en este mundo necesitado de valientes». Y añade: «Fue una mujer excepcional. Su arrojo, su inteligencia, su tenacidad, a los que unió una sensibilidad para lo bello y una maternidad espiritual hacia todos aquellos que se aproximaban a su obra, son un ejemplo eximio del papel extraordinario que la mujer ha ejercido a lo largo de la historia en la Iglesia y la sociedad».
Además, considera que sigue hablando a las gentes de hoy a través de sus escritos y explica que tenerla como amiga y guía «confiere seguridad y sosiego en el alma». «Su ejemplo no es solo para aquellos que sienten la llamada a la vida religiosa, sino para todos los que desea progresar en el camino de purificación de toda mundanidad», afirma.
Francisco anima a todos los miembros de la Iglesia particular de Ávila, así como a los que organizan y participan en el congreso, que se celebra en la Universidad Católica de Ávila, a «seguir profundizando en el mensaje de la santa abulense y difundiendo su enseñanza».
Y concluye: «Para que nuestra sociedad sea cada vez mas humana y todos podamos vivir en la fraternidad que viene de un mismo Padre, es todo un programa escuchar su invitación a “entrar en nosotros” para encontrar al Señor, y así testimoniar que “solo Dios basta”».