El Papa pide que los conflictos en la Iglesia se aborden desde la profundidad
Ha dedicado la última audiencia general del curso –en julio se suspenden– a la carta de san Pablo a los Gálatas
El Papa Francisco ha participado este miércoles en la última audiencia general del curso, que ha dedicado a la carta de san Pablo a los Gálatas, y en la que ha pedido que los conflictos que surgen en el seno de la Iglesia se aborden desde la profundidad y no desde la superficie.
«[San Pablo] nos indica cómo comportarnos cuando se crean conflictos dentro de la comunidad. Al final de la carta, se aclara que el núcleo de la controversia es la circuncisión. Pablo elige el camino de ir en profundidad, porque lo que está en juego es la libertad de los cristianos y la verdad del Evangelio. No se detiene en la superficie de los conflictos», ha añadido.
En este sentido, ha continuado el Papa, el apóstol cuenta su propia historia y reconoce que «él, en el judaísmo, superaba a todos, era un verdadero fariseo, pues era intachable en cuanto a la ley». De hecho, «había perseguido ferozmente a la Iglesia».
Pero frente a esta actitud, evidencia «la misericordia de Dios», que hizo que pasase de perseguidor de los cristianos «porque no observaban las tradiciones y le ley» a apóstol. «Vemos que Pablo es libre para anunciar el Evangelio y para confesar sus propios pecados. La verdad que da libertad», ha añadido el Pontífice.
Así, el Papa ha pedido a los fieles que piensen en los momentos en los que Dios llama: «No debemos olvidar el tiempo ni la forma en la que Dios ha entrado en nuestra vida, cuando ha cambiado nuestra existencia». Además, ha recordado que para Dios «no hay nada casual», pues todo ha sido preparado «por su designio».
Toda llamada conlleva una misión
Finalmente, ha recordado que la llamada de Dios «conlleva siempre una misión». «Se nos pide que nos preparemos con seriedad, porque es Dios mismo el que nos envía y nos sostiene. Dejémonos conducir por esta conciencia. El primado de la gracia transforma la existencia y la hace digna de ser puesta al servicio del Evangelio. La gracia cubre todos los pecados, cambia la vida, nos hace ver caminos nuevos. No nos olvidemos de esto», ha concluido.
En el saludo en español, el Papa Francisco ha saludado expresamente al arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, que se encontraba en el patio de San Dámaso junto con los seminaristas de su diócesis. En otro momento, también se ha referido a su chófer, que se jubila después de trabajar para la Santa Sede desde los 14 años. «Es una de las personas que lleva adelante la misión de la Iglesia», ha añadido.