El Papa pide perdón: «Con este fuerte resfriado me es difícil hablar»
La catequesis —sobre la importancia de salir al encuentro de los demás— la ha leído un colaborador, aunque Francisco ha tenido fuerzas para acordarse de los «desplazados de Palestina»
Aquejado de un proceso gripal, el Papa no ha leído este miércoles su tradicional catequesis de la audiencia general, por lo que ha pedido disculpas a los miles de fieles que se han dado cita en el aula Pablo VI del Vaticano. «Pido perdón, pero con este fuerte resfriado me es difícil hablar», dijo Francisco. Ha pedido a un colaborador que leyese el texto que tenía preparado. Recientemente también sufrió una caída.
El Pontífice sí que pudo, sin embargo, saludar a los fieles en los distintos idiomas. Ha aprovechado ese momento para reiterar su petición de oración por «la martirizada Ucrania», pero también por tantos otros lugares que viven hoy el flagelo de la violencia. «Recordemos a los desplazados de Palestina y recemos por ellos», ha concluido el Santo Padre. En este sentido, ha instado a rezar especialmente por los sacerdotes y consagrados que ejercen su ministerio en los países pobres y devastados por la guerra.
Salir al encuentro de Jesús
En el texto de la catequesis, que ha sido leído por el padre Pierlugi Giroli, oficial de la secretaría del Estado del Vaticano, el Papa ha reflexionado sobre el misterio de la Visitación. En él vemos a María que «no elige protegerse del mundo, no teme los peligros y los juicios de los demás, sino que sale al encuentro con los demás».
A partir de esta experiencia, Francisco ha explicado que «cuando una persona se siente amada, experimenta una fuerza que pone en movimiento el amor». La Virgen visita a su prima para ayudarla, pero «también para compartir su fe en el Dios de lo imposible y la esperanza en el cumplimiento de sus promesas».
Por último, el Pontífice ha recomendado a los fieles que pidan al Señor «la gracia de saber esperar el cumplimiento de todas sus promesas; y que nos ayude a acoger en nuestras vidas la presencia de María».