El Papa pide paz, diálogo y solidaridad para Cuba
«Estoy muy cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, en particular de las familias que más sufren», ha afirmado tras el rezo del ángelus
Ante una plaza de San Pedro con decenas de fieles y de banderas cubanas, el Papa Francisco ha hecho este domingo un llamamiento a la paz, el diálogo y la solidaridad en Cuba. «Estoy muy cerca del querido pueblo cubano en estos momentos difíciles, en particular de las familias que más sufren», ha afirmado en las que son sus primeras manifestaciones sobre las protestas en el país contra el régimen que ahora dirige Díaz-Canel, que ha respondido con represión y detenciones, también de sacerdotes, como el padre Castor, y de fieles católicos.
El Pontífice ha añadido que reza para que «el Señor los ayude a construir en paz, diálogo y solidaridad una sociedad más justa y fraterna» y ha animado a todos los cubanos a encomendarse «a la protección materna de la Virgen de la Caridad del Cobre». «Ella los acompañará en este camino», ha concluido.
La reacción del Papa llega un día después de que el presidente de la Conferencia Episcopal Cubana y obispo de Holguín, Emilio Aranguren Echeverría, también apelara, en una entrevista en el diario italiano La Repubblica, al diálogo, sobre todo, por parte de las autoridades. «La capacidad de escucha debe crecer, permitiendo que los demás expresen su propia manera de ver las cosas, de ver la vida, tanto personal como social», dijo.
Inundaciones en Europa y violencia en Sudáfrica
Por otra parte, Francisco se ha solidarizado con las poblaciones de Alemania, Bélgica y Países Bajos, afectadas esta semana por intensas lluvias torrenciales e inundaciones que dejan ya cerca de dos centenares de fallecidos y numerosos desaparecidos. «Que el Señor acoja a los difuntos y consuele a los familiares y sostenga el esfuerzo de todos para ayudar a los que han sufrido graves daños», ha señalado.
También se ha referido a la situación que vive Sudáfrica, donde «episodios de violencia han agravado la situación de tantos de nuestros hermanos en el país, ya afectado por las dificultades económicas y sanitarias a causa de la pandemia».
«Unido a los obispos del país, hago un llamamiento de corazón a todos para que trabajen por la paz y cooperen con las autoridades en la atención de los necesitados. Que no se olvide el deseo que ha guiado al pueblo de Sudáfrica para renacer en la concordia entre todos sus hijos», ha agregado.
«Aprendamos a hacer una pausa, a apagar el móvil»
Antes del ángelus, el Papa ha reflexionado, al hilo del Evangelio de este domingo, sobre los peligros de estar siempre haciendo cosas, «de caer en la trampa del activismo, donde lo más importante son los resultados y sentirnos protagonistas». «Cuántas veces sucede esto en la Iglesia: estamos ocupados, pensamos que todo depende de nosotros y, al final, corremos el riesgo de descuidar a Jesús».
En este sentido, ha propuesto volver a detenerse, a hacer silencio, a rezar, a no pasar de las prisas del trabajo a las prisas de las vacaciones. «Cuidémonos, hermanos, de la eficacia, detengamos la prisa frenética que dicta nuestras agencias. Aprendamos a hacer una pausa, a apagar el móvil, a contemplar la naturaleza, a regenerarnos en diálogo con Dios», ha subrayado.
Al mismo tiempo, el Pontífice se ha referido a la compasión, «que es el estilo de Dios». «Solo el corazón que no se deja llevar por la prisa es capaz de conmoverse, es decir, de no dejarse atrapar por sí mismo y por las cosas que hay que hacer, y de tomar conciencia de los demás, de sus heridas, de sus necesidades», ha agregado.
Según ha dicho, la compasión nace de la contemplación y, por tanto, «si aprendemos a descansar de verdad, nos hacemos capaces de una verdadera compasión; si cultivamos una mirada contemplativa, realizaremos nuestras actividades sin la actitud rapaz de quien quiere poseer y consumir todo».