El Papa pide al clero de Timor Oriental que «ame la pobreza» - Alfa y Omega

El Papa pide al clero de Timor Oriental que «ame la pobreza»

Francisco se ha reunido con los 347 sacerdotes y 1.038 religiosas del país que cuenta con 66 parroquias y 51 centros católicos

Victoria Isabel Cardiel C.
El Papa Francisco saluda a Florentino de Jesús de 89 años durante su encuentro con obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, seminaristas y trabajadores de pastoral, en la catedral de la Inmaculada Concepción de Dili
El Papa Francisco saluda a Florentino de Jesús de 89 años durante su encuentro con obispos, sacerdotes, diáconos, religiosos, seminaristas y trabajadores de pastoral, en la catedral de la Inmaculada Concepción de Dili. Foto: CNS.

Dili, la capital de Timor Oriental, muestra estos días su mejor cara con las calles engalanadas con carteles con la foto de Francisco y abarrotadas por decenas de miles de personas que hacen cola con la esperanza de ver el coche blanco del Papa, que aterrizó el lunes 9 de septiembre en esta antigua colonia portuguesa.

Esta mañana se ha reunido con los 347 sacerdotes y 1.038 religiosas del país que cuenta con 66 parroquias y que gestionan 51 centros católicos, entre los que hay hospitales, residencias de ancianos y de personas con discapacidad, así como 320 escuelas.

Timor Oriental está considerado el más católico del mundo después del Vaticano ya que así se declara el 95 % de su población.

En la catedral de la Inmaculada Concepción de Dili, Francisco les ha pedido que «amen la pobreza» y no se dejen tentar por la «soberbia y el poder» en un país que se halla entre los más pobres del mundo. A pesar de sus recursos petrolíferos, de los que depende totalmente desde el punto de vista económico, Timor Oriental sigue siendo un país subdesarrollado. Un tercio de su población vive con menos de 2 dólares al día.

También ha considerado que la nación del sudeste asiático necesita un «renovado impulso de evangelización» con el objetivo de lograr una reconciliación nacional tras los «sufridos años de la guerra». Las heridas de la guerra de independencia de Indonesia —que duró de 1976 hasta 2002— siguen abiertas entre las nuevas generaciones. Se calcula que causaron 150.000 muertos.

En esta tercera etapa de su viaje a Asía y Oceanía, el Papa —que eligió el español para sus discursos en este país, donde la segunda lengua oficial es el portugués— ha instado al clero a luchar contra la pobreza, sobre todo en las zonas rurales.

Así ha señalado que el «perfume del Evangelio» necesita ser difundido «contra todo lo que humilla, degrada e incluso destruye la vida humana; contra las plagas que generan vacío interior y sufrimiento, como son el alcoholismo, la violencia y la falta de respeto a la dignidad de la mujer». «El Evangelio de Jesús tiene la fuerza de transformar estas realidades oscuras y de generar una sociedad nueva». ha manifestado. En ese sentido, el Pontífice ha usado el pasaje bíblico de la unción de Jesús en Betania para pedir que se «ayude a los pobres a levantarse» y suscite a las autoridades a comprometerse tanto con la mejora de la «suerte económica y social del país» como con la lucha contra la corrupción. Es por ello por lo que ha instado a los sacerdotes a no «sentirse superiores al pueblo», tras lo que ha insistido en «salir de una religiosidad mediocre, cómoda, vivida sólo por una necesidad personal» para lograr la evangelización previamente mencionada. «No dejen de profundizar en la doctrina cristiana, de madurar en la formación espiritual, catequética y teológica; porque todo esto es necesario para anunciar el Evangelio en su cultura y, al mismo tiempo, purificarla de formas y tradiciones arcaicas y, a veces, supersticiosas», ha añadido.

El Papa también ha afirmado que, si bien el país se encuentra «en los confines del mundo», está también situado en el «centro del Evangelio», pues «en el corazón de Cristo las periferias de la existencia se encuentran en el centro».

Este martes el Papa presidirá una misa multitudinaria en la que el Vaticano ha calculado la asistencia de más de la mitad de la población de este país de 1,3 millones de habitantes del sudeste asiático.