«Los seminaristas son la debilidad del Papa Francisco y da consejos de padre»
El Papa ha recibido la mañana de este sábado a las comunidades del Seminario Metropolitano y del Seminario Redemptoris Mater de Sevilla junto a su arzobispo, José Ángel Saiz Meneses
El Papa ha recibido la mañana de este sábado a las comunidades del Seminario Metropolitano y del Seminario Redemptoris Mater de Sevilla que, junto con su arzobispo, José Ángel Saiz Meneses, han venido en peregrinación a Roma para venerar la tumba del apóstol Pedro.
Un encuentro afable de casi una hora en el que los seminaristas han podido entablar un diálogo abierto con el Papa a quien han preguntado con libertad sobre diversos aspectos de la vida sacerdotal.
En su discurso inicial, el Pontífice ha reivindicado la necesidad de una formación completa para que sean «pastores según el corazón de Cristo» que debe hacerse, a su juicio, cuidando cuatro aspectos: la vida espiritual, el estudio, la vida comunitaria y la actividad apostólica. «Esta integración es necesaria, diría que es urgente, para llegar a ser sacerdotes cabales y responder a la vocación recibida, en la entrega total a Dios y a los hermanos, especialmente a los que más sufren», ha destacado Francisco en su alocución.
Por ello, les ha instado a aprovechar bien el «tiempo intenso de formación, con el corazón en Dios, con las manos abiertas y una gran sonrisa para repartir la alegría del Evangelio a cuantos se encuentren con ustedes».
El Papa ha puesto como ejemplo al beato cardenal Marcelo Spínola y Maestre, uno entre tantos «santos pastores» de Andalucía. Este beato, maestro de sacerdotes, decía: «Virtud y ciencia son las dos cosas que deben enseñarse con preferencia a los aspirantes al sacerdocio, pues la ciencia sin virtud hincha y no edifica y la virtud sin ciencia edifica, pero no instruye». Esto significa «que todo en el sacerdote —oración, estudio, fraternidad, misión— va unido».
Francisco también ha instado a los seminaristas a mantener en el día a día la alegría y el buen humor porque «así se demuestra ese abandono en las manos de Dios y ese descansar en la providencia, en la línea de santa Teresa del Niño Jesús».
Huir de la mundanidad
En conversación con Alfa y Omega, pocos minutos después del encuentro en el Palacio Apostólico del Vaticano, José Ángel Saiz Meneses ha destacado la «gran sintonía» que han tenido los jóvenes seminaristas con el Papa. Para muchos de ellos era la primera vez en su vida que lo saludaban personalmente y se les ha visto realmente entusiasmados.
«Nos ha exhortado a mantener muy viva la relación con Dios. Pero también —a ellos les ha dicho— con el obispo, además de la relación con los compañeros y con el pueblo de Dios, encarnándose en la realidad y estando en medio del pueblo», ha resumido. También ha destacado el llamamiento del Pontífice a que huyan de la mundanidad espiritual que, traducido al lenguaje no eclesial, significa —según el arzobispo de Sevilla— revestirse «con una apariencia formal muy correcta y digna, pero una con ausencia casi total de contenido». «o que se trata es de cuidar las formas, pero, sobre todo, el fondo; eso implica poner toda la vida en juego en el seguimiento del Señor y en la entrega a Dios y a los hermanos», ha asegurado a este respecto.
Por su parte, el rector del Seminario Metropolitano, Andrés Ybarra, ha destacado que se han encontrado con «una persona muy de Dios, que nos ha transmitido al Dios que lleva en su corazón y nos pone en el camino del sacerdocio y de la misión y de la entrega al Señor con muchísima alegría». El rector del Redemptoris Mater, Ramón González, ha subrayado que «Francisco lleva en sus hombros el peso de la Iglesia con la fuerza de Jesucristo y está al pie del cañón para animarles, para que se entreguen al cien por cien». «Cuando volvamos, tendremos que profundizar en todas las sugerencias que nos ha dado y haciéndolas vida», ha añadido.
Uno de los seminaristas que han asistido a la audiencia papal es Javier Llorente, que ha calificado la jornada como «una experiencia única que refuerza nuestro sentido comunitario». Llorente se ha mostrado emocionado a la salida de las dependencias pontificias y ha señalado que «los seminaristas son la debilidad del Papa Francisco y da consejos de padre. Su cercanía es un regalo para nosotros».
Otro de los seminaristas que han valorado el encuentro con el Santo Padre es Pablo Franco: «Voy a recordar siempre este momento porque he tenido la oportunidad de preguntarle una inquietud que tengo en el corazón y me ha ayudado mucho. Me ha animado a seguir adelante en mi vocación con alegría sin perder la sonrisa y confianza en el Señor. Para mí, Francisco es un auténtico testimonio».