El Papa pide a los agustinos permanecer «fieles a la pobreza evangélica»
En su Capítulo General, León XIV les encarga «ayudar, especialmente a los jóvenes, a vislumbrar la belleza de la vocación»
León XIV, quien es agustino y fue su prior general entre 2001 y 2013, se ha reunido este lunes con los miembros de su congregación mientras celebran su Capítulo General en Roma. Durante el encuentro con sus hermanos, les ha encargado: «Permanezcamos fieles a la pobreza evangélica y hagamos que ella sea el criterio para vivir todo lo que somos y tenemos».
El Papa ha subrayado que esta fidelidad se trasluce en la vida comunitaria y el trabajo pastoral. Ha invitado a los religiosos a no perder de vista el fundamento de su misión, que es «el don inefable de la caridad divina». Y ha llamado a compartir todos los bienes «materiales», «humanos» y «espirituales».
Ha subrayado también la importancia de formarse intelectualmente y profundizar en el uso del conocimiento. Y ha recordado que «la generosidad y la humildad son las directrices que el Pontífice indica a quienes estudian». Además ha explicado que una vertiente de la generosidad es «compartir la propia investigación con otros para que beneficie su fe». Pero siempre con la precaución de «evitar la vanagloria de quienes buscan el conocimiento por sí mismo sintiéndose superiores a los demás por poseerlo».
León XIV ha alertado sobre el riesgo de utilizar el saber como instrumento de prestigio personal. En su lugar, ha propuesto el estudio como servicio a la comunidad eclesial. La actitud que debe regirlo es «dejarnos maravillar por la grandeza del Señor, cuestionarnos a nosotros mismos y el sentido de las cosas que suceden para amarlo y hacer que lo amen».
Finalmente, el Papa ha destacado que «la vocación cristiana, y en particular la religiosa, nace solo cuando se siente la atracción de algo grande, de un amor que puede nutrir y saciar el corazón». Por tanto, ha señalado a los agustinos que su principal preocupación debería ser «ayudar, especialmente a los jóvenes, a vislumbrar la belleza de la vocación y a amar lo que, al abrazar su vocación, pueden llegar a ser».