Misioneros de la Misericordia:«El Papa nos ha pedido perdonar todo y siempre»
Los Misioneros de la Misericordia españoles cuentan su misión al hilo del encuentro del Papa Francisco con ellos el pasado fin de semana en Roma
La creación de los Misioneros de la Misericordia por el Papa Francisco en 2016 no fue una ocurrencia puntual para el Año de la Misericordia decretado entonces por el Pontífice. Su labor continúa y su número ha seguido creciendo poco a poco en todo el mundo, hasta situarse hoy en 1.040 sacerdotes especialistas en misericordia. Buena parte de ellos se reunieron el pasado fin de semana en Roma en un encuentro que tuvo como colofón una audiencia con el Papa Francisco.
«El Papa nos ha invitado a la generosa misión de acoger y perdonar, sin protocolos excesivos, ofreciendo el rostro entrañable de la Iglesia», afirma Ángel Moreno, de Buenafuente del Sistal, Misionero de la Misericordia en la diócesis de Sigüenza-Guadalajara, que junto a otros 15 sacerdotes españoles ha participado en el evento.
Para este sacerdote, «es muy fuerte escuchar directamente a Francisco decirnos que debemos perdonar todo y siempre, y no guardarnos en el bolsillo la gracia del perdón», exclama.
Según su propia experiencia personal, «la acogida, la escucha y el ministerio del perdón» son los elementos que identifican su ministerio en Buenafuente, un enclave en el Alto Tajo que reúne a monjas, sacerdotes y laicos en torno a la oración y la vida contemplativa. En este sentido, «es sobre todo la fuerza de la experiencia del Papa la que nos transmite su deseo magnánimo del perdón».
Asimismo, Moreno destaca de estos días la aportación del predicador de la Casa Pontificia, el cardenal Raniero Cantalamessa, «que nos ha animado a proclamar que por Cristo estamos justificados y desde esta experiencia debemos responder con misericordia, y no al revés», porque «la justicia de Dios es su misericordia».
Misericordia para todos
«Los sacerdotes cada vez estamos más llamados a predicar la misericordia de Dios de un modo más claro», afirma Jesús Higueras, párroco de Santa María de Caná, en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Para Higueras, en estos más de seis años como misionero de la misericordia, predicando en retiros y ejercicios espirituales por todo el mundo, «me he dado cuenta de que esta iniciativa nos viene bien a todos, pero sobre todo a los sacerdotes». Esto es así porque «los que administramos la misericordia necesitamos experimentarla mucho y muy a menudo», afirma.
De igual manera opina Víctor Hernández, de la Delegación episcopal de la Salud, en Madrid, y de la Hospitalidad de Lourdes, Misionero de la Misericordia desde 2016: «Todos, laicos o sacerdotes, necesitamos vivir el amor incondicional de Dios. Es lo único que nos da la paz: con Él, con los demás y con nosotros mismos».
«Dios conoce la belleza interior de las personas», dijo el Papa Francisco este domingo a los Misioneros de la Misericordia en la audiencia en el Aula Pablo VI, en Roma. «Él está atento a sus sentimientos, especialmente a la fidelidad, la lealtad, la generosidad y la esperanza que hay en el corazón de las personas cuando son puestas a prueba», añadió el Santo Padre. Por eso «ser generoso en el perdón se manifiesta como la opción justa y valiente que nunca debe fallar en nuestra existencia sacerdotal».