El Papa mueve ficha en Venezuela y auspicia un «diálogo nacional» - Alfa y Omega

El Papa mueve ficha en Venezuela y auspicia un «diálogo nacional»

Esta semana la turbulenta situación política y social en Venezuela dio un vuelco gracias a una jugada diplomática entre Caracas y el Vaticano, con el Papa como protagonista. De manera sorpresiva, hacia la tarde-noche del lunes, Francisco recibió en audiencia privada al presidente del país sudamericano, Nicolás Maduro. Una cita privada de la cual se difundieron pocos detalles. Horas más tarde, en la capital venezolana, un enviado del Pontífice anunció el inicio de una mesa de «diálogo nacional» entre el Gobierno y la oposición. Una apuesta para destrabar una crisis de futuro imprevisible

Andrés Beltramo Álvarez
Monseñor Emil Paul Tserrig con el expresidente de la República Dominicana Leonel Fernández y el expresidente español Rodríguez Zapatero, este lunes en Caracas
Monseñor Emil Paul Tserrig con el expresidente de la República Dominicana Leonel Fernández y el expresidente español Rodríguez Zapatero, este lunes en Caracas. Foto: AFP / STR.

La cita Bergoglio-Maduro no estaba prevista en la agenda papal. La Santa Sede mantuvo la reserva hasta el último momento. La atención se disparó cuando el ministro del Poder Popular para la Comunicación e Información del Gobierno venezolano, Ernesto Villegas, anticipó la reunión en la red social Twitter. Ilustró su anuncio con una foto vieja del Papa bendiciendo al presidente, que algunos medios tomaron como reciente. Luego el Vaticano confirmó la noticia con una declaración genérica.

«El encuentro tuvo lugar en el cuadro de la preocupante situación de crisis política, social y económica que el país está atravesando y que repercute pesadamente en la vida cotidiana de la entera población», indicó la nota. Tan grande fue el hermetismo que la prensa no pudo atestiguar la audiencia, realizada en el despacho anexo al Aula Pablo VI del Vaticano. Duró unos 30 minutos.

El comunicado oficial afirma que el Papa «tiene en el corazón el bien de todos los venezolanos». Y precisa que, al recibir al presidente, manifiesta su deseo de seguir ofreciendo su contribución «a favor de la institucionalidad del país» y de cada paso que contribuya a resolver las cuestiones abiertas y crear mayor confianza entre las partes. Francisco «ha invitado a emprender con valentía el camino del diálogo sincero y constructivo, para aliviar los sufrimientos de la gente, de los pobres en primer lugar, y promover un clima de renovada cohesión social que permita mirar con esperanza el futuro de la nación», se añade.

Los canales de comunicación de la Santa Sede optaron por no difundir ninguna fotografía de la cita. La oficina de prensa del Gobierno de Maduro solo alcanzó a publicar una secuencia de imágenes donde se ve al presidente llegando hasta la puerta de la sala vaticana y saludando a Georg Gänswein, prefecto de la Casa Pontificia. En un boletín se relata que el mandatario «recibió bendiciones para la patria venezolana» y que se realizó «un intercambio de regalos».

Se inicia un «diálogo nacional»

Mientras todo esto ocurría, en Caracas se alistaba un anuncio capaz de cambiar el rumbo de la crisis en el país. Pocas horas después el grupo de ex presidentes delegados de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) para mediar en el conflicto celebró una rueda de prensa con un enviado directo del obispo de Roma, el nuncio apostólico en Buenos Aires, Emil Paul Tscherrig.

Al presentar al arzobispo suizo, el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero agradeció especialmente al Papa y al Vaticano su voluntad de sumarse a la mediación. Estaba acompañado en la mesa por los expresidentes de Panamá, Martín Torrijos, y de la República Dominicana, Leonel Fernández. Tocó a Tscherrig leer el comunicado con el cual se anunció el inicio del «diálogo nacional».

Pero antes hizo una introducción, en la que aseguró que Francisco «acompaña al querido pueblo venezolano» y desea que el proceso de diálogo conduzca a la paz y la armonía. Recordó que el Papa insiste mucho en la necesidad de considerar al otro como un hermano y no como un enemigo si se quiere dialogar de verdad. Vislumbró además el inicio de un «nuevo camino» entre «hermanos y amigos que trabajan juntos por el bien común».

«Hoy se ha iniciado el diálogo nacional durante un encuentro entre representantes del Gobierno y de la oposición, con el propósito de establecer las condiciones para convocar una reunión plenaria en la isla Margarita el día 30 de octubre de 2016», señaló el comunicado leído por el nuncio. Precisó que «los acompañantes», es decir el delegado vaticano y los exmandatarios, presentaron a las partes una propuesta de temas, metodología y cronograma del diálogo.

«[El diálogo nacional] tiene como objetivo principal a los venezolanos y su futuro, la superación de la coyuntura económica y social, políticas e institucionales fundamentales para la necesaria convivencia democrática que requiere la sociedad venezolana. [Además busca] la creación de un clima de confianza, superación de la discordia y promoción de un mecanismo que garantice la convivencia pacífica», prosigue el texto.

La nota conmina a las partes involucradas en la «fase exploratoria» de los diálogos, que duró unos cuatro meses, a cumplir con los eventuales acuerdos que se alcancen. Aparte reveló que todos acordaron trabajar en conjunto para garantizar la seguridad y el desarrollo democrático de las manifestaciones públicas previstas para los próximos días. Se refirió así, sin mencionarla, a la marcha convocada por la oposición para el miércoles en protesta por la suspensión del proceso legal encaminado a reactivar un referéndum revocatorio contra Maduro.

Ni Tserrig ni los delegados de la Unasur dieron más detalles sobre las conversaciones de la isla Margarita. Aún se desconocen tiempos y modalidades. No obstante, grupos de la oposición ya salieron a criticarlo. Como Jesús Torrealba, secretario ejecutivo de la coalición Mesa de Unidad Democrática (MUD), para quien el diálogo no puede ser visto como «una estrategia de quienes están en el poder para ganar tiempo».

Escepticismo de la oposición

Desde Roma y a través de las redes sociales Maduro celebró la instalación del diálogo nacional, «por la paz y la soberanía». Pero otros líderes opositores se mostraron escépticos. Como Lilián Tintori, esposa del activista Leopoldo López, y Henrique Capriles, cabeza del partido Primero Justicia. «Yo le digo al Papa Francisco: Aquí nosotros estamos lidiando con el diablo, la lucha de los venezolanos es contra unos diablos», advirtió el excandidato presidencial.

Las negociaciones entre el Gobierno y la oposición llegaron tras meses de desencuentros. A inicios de año Francisco escribió una carta al presidente que no tuvo respuesta y luego el arzobispo Paul Richard Gallagher, responsable de las Relaciones con los Estados de la Santa Sede, debió suspender un viaje que tenía previsto para el mes de mayo a suelo venezolano por «falta de condiciones».

Luego, los mediadores internacionales de la Unasur propusieron la participación de un representante papal como mediador. Para involucrarse, la Santa Sede puso como condición el inicio de un diálogo formal además de recibir invitaciones explícitas de ambas partes. Esas invitaciones llegaron al Vaticano en las últimas semanas.