El Papa llama a los religiosos a «duplicar» su número de novicios - Alfa y Omega

El Papa llama a los religiosos a «duplicar» su número de novicios

Ha interrumpido sus vacaciones de verano para señalar a seis congregaciones religiosas que, «sin descendientes en la orden, moriréis»

Rodrigo Moreno Quicios
El Papa Francisco en la Sala Clementina con seis congregraciones religiosas. Foto: Vatican Media

El Papa Francisco ha interrumpido sus vacaciones de julio, un mes en que normalmente no celebra audiencias, para recibir a la vez a seis congregaciones religiosas en el Palacio Apostólico vaticano. Al saludarlos, les ha preguntado «cuántos novicios tenéis» y, tras escuchar sus respuestas, les ha planteado el reto de «duplicar los números».

Es el encargo que ha planteado a la Sala Clementina a la Orden de los Mínimos, de la Orden de los Clérigos Regulares Menores, de los Clérigos de San Viator, de los Misioneros de San Antonio María Claret de las Hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón y de las Agustinas del Divino Amor. A su juicio, regar las futuras vocaciones es nuclear «para el futuro de vuestras congregaciones». De hecho, ha llegado a advertirles de que «sin descendientes en la orden, moriréis».

También les ha proporcionado claves para la vida consagrada, que les ha emplazado a seguir de forma llana y «dejándose forjar día a día». «Mientras preparáis vuestros encuentros, pedid al Señor ser sencillos en lo personal y en la dinámica sinodal del camino común».

Francisco les ha invitado a despojarse «de cálculos y de ambiciones» y ha definido esta última como «una peste». También les ha prevenido contra la envidia en la vida comunitaria, que ha descrito como «una enfermedad y similar a la fiebre amarilla». Asimismo ha sido crítico con «las pretensiones, la rigidez y cualquier tentación de autorreferencialidad». Como ejercicio para prevenirlas, «leer juntos el presente con sabiduría» en busca de «los signos de los tiempos y tomar las mejores decisiones para el futuro».

El Santo Padre ha pedido asimismo a los consagrados que se vacíen «de todo lo que no es amor de Cristo». Y a vivir «la obediencia», pues considera que a través del «sí», Dios permite «que aparezca la fuerza de su ternura, que va más allá de toda posibilidad». Finalmente, ha pedido a los religiosos cultivar «la oración del corazón, no la oración de los loros». Es decir, que pasen realmente «los momentos ante el sagrario hablando con el Señor».