El Papa inicia el Sínodo pidiendo «discernir las voces del Espíritu de las de la mundanidad» - Alfa y Omega

El Papa inicia el Sínodo pidiendo «discernir las voces del Espíritu de las de la mundanidad»

En la primera congregación general del Sínodo sobre sinodalidad, el Papa ha pedido a los periodistas «hacer una comunicación que sea reflejo de esta vida en el Espíritu Santo»

Rodrigo Moreno Quicios
El Papa, el patriarca católico copto de Alejandría, los secretarios y el relator del Sínodo en el aula Pablo VI. Foto: CNS.

«Jesús prometió que estaría presente entre sus discípulos cada vez que se reúnan en su nombre. En esta asamblea sinodal está presente, nos habla. Pidamos a Dios para que en su Espíritu nos guía a la verdad toda entera», ha dicho el Papa el miércoles 4 de octubre al inicio de la primera congregación general de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo. Esta reunión tendrá lugar en el Aula Pablo VI del Vaticano hasta el 29 de octubre.

Con una celebración con cánticos como el Veni Creator (el himno del Espíritu Santo), salmos y la lectura del Evangelio, los participantes han dado el inicio a esta asamblea. Tras la bienvenida del Papa, el primero en hablar ha sido Ibrahim Isaac Sidrak, patriarca católico copto de Alejandría. «Santo Padre, hoy es san Francisco, el santo de su nombre, le felicitamos a usted y a todos los que así se llaman», ha dicho al comienzo de su intervención arrancando un aplauso.

«Le agradecemos que con la celebración de este Sínodo nos regale la alegría de encontrarnos y caminar juntos», ha proseguido el patriarca, quien ha confesado al Papa que «los inicios no han sido fáciles, muchos de nosotros nos hemos sentido al principio desorientados». «En los sínodos precedentes recorríamos caminos ya conocidos, teníamos líneas guías ya preparadas, pero esta vez el Sínodo se ha preparado para que todo el Pueblo de Dios, cada bautizado, lo viva según su propio carisma en un modo más vivo, concreto y real».

El patriarca copto ha finalizado su intervención llamando al diálogo abierto y recalcando que «no son nuestras estructuras ni nosotros mismos el punto de referencia de la obra salvadora de Dios, sino Cristo, que por medio de su Espíritu Santo nos libera de nuestra esclavitud».

«Discernir las diferentes voces que vienen del Espíritu»

Tras escuchar a Ibrahim Isaac Sidrak, el Papa ha celebrado tener un Sínodo sobre la sinodalidad 60 años después de que Pablo VI recuperara estas reuniones de obispos. «No es fácil, pero es muy bonito. Es un Sínodo sobre un tema que todos los obispos del mundo escogieron en la encuesta posterior al Sínodo de la Amazonia», ha recordado.

Francisco ha invitado a buscar durante el Sínodo «la armonía, que no significa la síntesis sino una relación de comunión entre iguales». Para el Papa, el objetivo principal no es encontrar la uniformidad sino aprender a «discernir las diferentes voces que vienen del Espíritu Santo de aquellas que provienen de la mundanidad». Ha invitado a «aprender a vivir en la Iglesia con el Espíritu Santo» y ha advertido de que «el cotilleo es anti-espíritu».

A los periodistas, el Papa le ha pedido «hacer entender la prioridad de la escucha», ha declarado que «la Iglesia se ha detenido en una pausa para escuchar», ha encargado a los profesionales «hacer una comunicación que sea reflejo de esta vida en el Espíritu Santo» y ha advertido contra la manipulación de lo que se hable en la asamblea. «Muchas veces se dice que los obispos tienen miedo a comunicar lo que sucede. Por eso os pido a los comunicadores que hagáis bien vuestra función para que las personas de buena voluntad entiendan lo que sucede». «Otras dirán lo que quieran», ha lamentado.

Después del Papa también ha hablado el cardenal Mario Grech, secretario general del Sínodo, quien ha subrayado que «hoy la Iglesia se encuentra en una encrucijada y el desafío urgente no es de naturaleza teológica sino cómo en este momento la Iglesia puede convertirse en signo e instrumento del amor de Dios por cada hombre y mujer». Por último, Jean-Claude Hollerich, relator general del Sínodo, ha recuperado la idea de armonía que explicaba el Papa añadiendo que «los llamados progresistas no pueden mirar a Cristo sin ver con Él a los llamados conservadores y viceversa».