El Papa habla a jóvenes rusos sobre el valor de la diplomacia
Ha hecho una videollamada con los participantes en el X Encuentro nacional de los jóvenes católicos rusos. Les invitó a ser «pequeñas semillas de reconciliación que en una primavera futura van a florecer»
Tan solo 18 jóvenes católicos rusos pudieron participar en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa. En un contexto tan difícil como el que ha generado la invasión rusa de Ucrania, la Iglesia católica rusa ha organizado para los jóvenes el X Encuentro nacional de los jóvenes católicos rusos («Vserossijskaja Vstreča Molodëži») siguiendo la estela de la JMJ de Portugal. Las jornadas comenzaron el 23 de agosto y concluirán el domingo 27 y las actividades programadas para los chicos y chicas siguen un esquema muy similar al de una JMJ con catequesis, sacramentos, momentos de reflexión y también de fiesta y celebración. Y como en la JMJ, los 400 participantes en estos días de encuentro han contado también con la presencia del Santo Padre, aunque ha sido virtual, tal y como recoge la Agencia Fides.
Desde la basílica católica de Santa Catalina de Alejandría en San Petersburgo, los jóvenes conectaron mediante videollamada con el Pontífice que les dirigió un mensaje y también respondió a alguna de sus preguntas. Por ejemplo, una joven le planteó cómo la diplomacia puede actuar para resolver el conflicto en Ucrania. El Pontífice respondió indicando que la diplomacia transita por un camino «donde la unidad es superior al conflicto». «La verdadera diplomacia no teme meterse en los conflictos, pero no los acentúa. Se trata de comprender la posición del otro y también de limitar los errores. La diplomacia no es fácil. Los buenos diplomáticos hacen mucho bien a la humanidad. No es un trabajo fácil, pero sí muy fructífero. Y esto tanto en la situación de Ucrania como en la de otros países. La diplomacia siempre construye, no destruye», concluyó Francisco a esta pregunta.
Como recordó a los jóvenes durante la JMJ en Lisboa, a los muchachos rusos les ha repetido que la Iglesia no es «una aduana donde se selecciona quién entra y quién no» y que «Dios llama a cada uno por su nombre», porque «Dios no va al montón, no. Dios va del tú a tú». En su discurso, pronunciado en español, también les recomendó escuchar y dialogar con sus abuelos y con las personas mayores: «Así los ancianos sueñan con tantas cosas: la democracia, la unidad de las naciones. Los jóvenes profetizan, son llamados a ser artesanos del ambiente y de la paz», destacó. Les invitó insistentemente a ser semillas de reconciliación «pequeñas semillas que en este invierno de guerra no brotarán por el momento en la tierra helada, pero en una primavera futura van a florecer». Por eso, deseó a los jóvenes rusos «la vocación de ser artesanos de la paz en medio de tantos conflictos, tantas polarizaciones que hay de todos lados que acechan a nuestro mundo».
Francisco además respondió a una duda sobre una realidad frecuente en Rusia, los matrimonios mixtos entre católicos y ortodoxos. En respuesta a la pregunta de una joven, explicó que cada cónyuge tiene que seguir su propia tradición, «sin forzar las cosas»: «Conozco matrimonios que son así: no solo entre católicos y ortodoxos, sino también entre cristianos de otras confesiones. Y siguen adelante con buena voluntad, porque aman al Señor. Es importante la sinceridad, ante todo hacia el Señor».
Los jóvenes participantes proceden de las cuatro diócesis católicas de Rusia y han estado acompañados por los cinco obispos de la Conferencia Episcopal Rusa y sus catequistas y sacerdotes. Los católicos en la Federación Rusa representan menos del 1% de la población total y con motivo de la invasión de Ucrania su número se ha reducido sensiblemente por la salida de ciudadanos católicos extranjeros.