La próxima semana se estrena este atractivo documental. El cineasta alemán Wim Wenders (Cielo sobre Berlín, París, Texas…) recibió hace cuatro años una carta de monseñor Dario Viganò, del Vaticano, proponiéndole hacer un documental sobre el recién elegido Papa Francisco. Viganò es un sacerdote de trayectoria cinéfila muy conocida, que ya había llevado a su admirado Wenders a un par de cinefórums años atrás. En 2015 asumió la dirección del Centro Televisivo Vaticano, y poco después la prefectura de la Secretaría para la Comunicación de la Santa Sede. Con estos mimbres se le da total libertad creativa al cineasta que, en términos técnicos, ha recibido una propuesta, más que un encargo. Wim Wenders se educó en un colegio católico, pero en seguida se alejó de la Iglesia. Era el aire de los 60. Wenders en el 68 era un militante de izquierdas. Años después retomó la fe cristiana, pero protestante, y ahora se ha acercado al catolicismo a su manera, en clave muy ecuménica. Wenders no ha querido hacer una lectura crítica de la figura del Papa, lectura que según él, ya hacen los telediarios; como en sus anteriores documentales, la motivación para hacerlos nace del amor, en palabras del propio cineasta, que declara su admiración y respeto enormes por el Pontífice.
El planteamiento era claro: no se trataba de hacer un recorrido biográfico, pues a Bergoglio no le gusta hablar de sí mismo e iba a ser poco colaborativo. Más bien había que buscar por su parte una exposición de los pensamientos vertebrales de su pontificado. Para ello programó cuatro sesiones de entrevistas, en entornos distintos, y de dos horas de duración cada una. El Papa mira directamente a la cámara, algo inusual en las entrevistas, que es como decir que mira directamente al espectador. Partiendo de la figura de san Francisco, Wenders presenta al Papa como un continuador de la obra del Pobre de Asís. De hecho, casi la mitad del documental se centra en la importancia que da el Pontífice a la vida en pobreza, como algo connatural al cristiano. Pero el Papa no solo se refiere a la virtud de una vida evangélica, sino a los pobres como objeto prioritario de caridad y evangelización. Y toca además otras cuestiones de candente actualidad: el desastre ecológico, la homosexualidad, la familia, la pederastia, las crisis migratorias, la Curia romana, el capitalismo…
El documental combina los momentos de entrevista con imágenes de diversos actos y viajes del Papa. Un tercer elemento, el más discutible, son unas recreaciones en blanco y negro de algunos episodios de la vida de san Francisco de Asís, que tratan de reforzar ese paralelismo buscado desde el principio por Wenders.
Wim Wenders
Suiza
2018
Documental
Todos los públicos