El Papa expresa su «vergüenza» por la «incapacidad de la Iglesia» de poner a las víctimas en el centro
Un día después de la publicación del informe sobre los abusos sexuales en la Iglesia de Francia, Francisco ha alentado durante la audiencia a los obispos para que «continúen realizando todos los esfuerzos» y que así «dramas similares no se repitan»
Un día después de mostrar su «dolor» por el informe sobre los abusos sexuales en la Iglesia francesa, el Papa ha querido volver sobre el tema durante la audiencia general de este miércoles para expresar «a las víctimas mi tristeza y mi dolor por los traumas que han sufrido, y mi vergüenza, nuestra vergüenza, por la demasiada larga incapacidad de la Iglesia de ponerlas al centro de sus preocupaciones».
Francisco ha asegurado su oración y ha pedido a todos los fieles rezar, al mismo tiempo que ha improvisado una breve súplica: «A ti Señor la gloria y a nosotros la vergüenza. Este es el momento de la vergüenza».
Asimismo, el Pontífice ha alentado a los obispos y religiosos franceses para que «continúen realizando todos los esfuerzos» y que así «dramas similares no se repitan». A los sacerdotes les ha asegurado su «cercanía y paternal sostén ante esta prueba dura y saludable». Y ha invitado a todos los católicos franceses a que «asuman sus responsabilidad para garantizar que la Iglesia sea una casa segura para todos». Al concluir esta alocución, los fieles congregados en el Aula Pablo VI han aplaudido efusivamente.
Catequesis sobre la libertad
Previamente, durante la catequesis el Papa ha hecho un alegato por la libertad. Y ha querido lanzar un mensaje claro: «Una predicación que excluyera la libertad en Cristo nunca sería evangélica. No se puede hacer a nadie esclavo en el nombre de Jesús, que es, precisamente, quien nos hace libres».
Pero, ¿qué es la libertad cristiana?, se ha preguntado Francisco. Es «un don que se nos concede en el Bautismo», un «tesoro que se aprecia realmente solo cuando se pierde», y que se funda en dos pilares clave: «La gracia del Señor Jesús y la verdad que Cristo nos desvela».
En primer lugar, «es un don», fruto «de la muerte y resurrección de Jesús». En la cruz «donde Jesús se ha dejado clavar, Dios ha puesto la fuente de la liberación radical del hombre», ha explicado el Pontífice, consciente de que «esto no deja de sorprendernos». Así, el «lugar donde somos despojados de toda libertad, es decir la muerte, puede convertirse en fuente de la libertad».
Jesús «lleva a cabo su plena libertad al entregarse a la muerte. Él sabe que solo de esta manera puede obtener la vida para todos». De esta forma, «el cristiano es libre, debe ser libre», porque el Señor nos ha librado en la cruz de la esclavitud del pecado. Por ello, el Santo Padre ha instado a «no volver a ser esclavos de preceptos y cosas extrañas».
La verdad que nos hace libres
El segundo pilar de la libertad es la verdad. Así lo «explica el Evangelio de Juan: “Si se mantienen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos, y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres”». De esta forma, «la llamada es sobre todo a permanecer en Jesús, fuente de la verdad que nos hace libres».
Sin embargo, lejos de conducirnos esto a una vida cómoda, aparece la inquietud. «La verdad nos debe inquietar», pues «es la señal de que el Espíritu Santo está trabajando dentro de nosotros a un nivel más profundo». Por último, el Papa ha advertido que «el de la libertad es un camino fatigoso para toda la vida», pero en el que «somos guiados y sostenidos en el amor que viene de la cruz».