El Papa explica cómo distinguir la voz de Dios y la voz del Maligno
Catequesis sobre el discernimiento de espíritus del Papa Francisco en la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, en la que ha invitado a invocar del Señor el don de buenos trabajadores para su Reino. Asimismo, ha transmitido su cercanía a los enfermos por COVID-19 y a los niños víctimas de la violencia, y ha recordado que el próximo 14 de mayo toda la humanidad está invitada a unirse en oración
«Debemos estar atentos a las voces que seguimos»: este es el consejo que ha dado hoy el Papa tras el rezo del Regina caeli, explicando que está la voz de Dios, que propone y nunca nos obliga, pero también está la voz tentadora que induce al mal, causa ímpetu primero y deja amargura después.
«El Evangelio de hoy nos dice que el Buen Pastor llama a las ovejas por su nombre, el Señor nos llama por nuestro nombre, nos llama porque nos ama, pero hay otras voces que no debemos seguir: aquella de los extraños, ladrones y malhechores que quieren el mal de las ovejas», ha dicho el Pontífice. Comentando el pasaje del Evangelio de hoy, el Papa ha dado las claves para saber diferenciar estas dos voces que «hablan idiomas diferentes y tienen formas opuestas de tocar a nuestros corazones».
¿Cómo podemos distinguir la inspiración de Dios de la sugestión del Maligno? Francisco ha explicado que, por un lado, está la voz de Dios, «que amablemente habla a la conciencia», y por otro está la voz tentadora «que induce al mal». La pregunta que nos lanza hoy es: ¿Cómo podemos reconocer la voz del buen Pastor de aquella del ladrón? El Papa discierne entre estas dos voces: «La voz de Dios jamás nos obliga, Dios se propone, no se impone. En cambio, la voz maligna seduce, agrede, obliga, suscita ilusiones deslumbrantes, emociones alentadoras, pero pasajeras. Al inicio suaviza, nos hace creer que somos omnipotentes, pero luego nos deja vacíos por dentro y nos acusa: ”Tu no vales nada”. La voz de Dios, en cambio, nos corrige, con tanta paciencia, pero siempre nos anima, nos consuela: siempre alimenta la esperanza». De hecho, dice, «la voz de Dios es una voz que tiene un horizonte, en cambio la voz del Maligno te lleva a un muro».
Otra diferencia que ha planteado el Papa es precisamente sobre el modo de afrontar la vida: «La voz del enemigo desvía del presente y quiere que nos concentremos en los temores del futuro o en las tristezas del pasado», de hecho «hace aflorar la amargura, los recuerdos de los males sufridos, de los que nos hicieron mal». En cambio, la voz de Dios «habla al presente: ahora puedes hacer el bien, ahora puedes ejercer la creatividad del amor, ahora puedes renunciar a los arrepentimientos y remordimientos que tienen prisionero tu corazón».
El Papa ha recordado que el 14 de mayo los creyentes de todas las religiones están llamados a elevar una Oración por la humanidad, propuesta por el Alto Comité de Fraternidad Humana y acogida por el Papa Francisco. En este sentido, el Comité ha llamado «a todos los líderes religiosos y personas de todo el mundo a responder a este llamamiento humanitario y acudir al Todopoderoso con una sola voz para preservar a la humanidad, ayudarla a superar la pandemia y restablecer la seguridad, la estabilidad, la salud y el desarrollo, para hacer nuestro mundo, después del fin de esta pandemia, más humano y fraterno que nunca».
Las dos voces suscitan en nosotros preguntas diversas, según Francisco. «Aquella que viene de Dios será: ”¿Qué cosa me hace bien?”. En cambio, el tentador insistirá sobre otra pregunta: ”¿Qué cosa me gustaría hacer?”», ha explicado el Papa. «La voz malvada siempre gira en torno al yo, a sus impulsos, a sus necesidades, al todo y enseguida, mientras que la voz de Dios, nos invita a ir más allá de nuestro yo para encontrar el verdadero bien, la paz». Y aquí el Papa ha hecho hincapié en algo que es clave para identificar la voz del Maligno: «el mal no da paz jamás, sino que causa ímpetu primero y deja amargura después».
Por último, el Santo Padre ha pedido que siempre nos preguntémonos de dónde vienen las voces que llegan a nuestro corazón y que pidamos la gracia de reconocer y seguir la voz del buen Pastor, «que nos hace salir de los recintos del egoísmo y nos conduce a los campos de la verdadera libertad».
En sus palabras después del Regina caeli, el Pontífice ha dirigido un pensamiento, una vez más, a los enfermos de COVID-19, pero también a todos aquellos que se dedican a su cuidado y a todos los que de alguna manera están sufriendo esta pandemia. Asimismo ha expresado su apoyo y aliento a la colaboración internacional que se está llevando a cabo con diversas iniciativas a fin de responder de manera adecuada y eficaz a la grave crisis que estamos viviendo: «Es importante —ha dicho— poner juntas las capacidades científicas, de manera transparente y desinteresada, para encontrar vacunas y tratamientos y garantizar el acceso universal a las tecnologías esenciales que permitan a toda persona infectada, en todas las partes del mundo, recibir la necesaria atención sanitaria».
Junto a ello, en el día en el que se celebra la 57ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, el Papa Francisco ha recordado que la existencia cristiana «es toda y siempre una respuesta a la llamada de Dios, en cualquier estado de vida. El sacerdocio y la vida consagrada exigen coraje y perseverancia; y sin la oración no se va adelante por este camino». Tras estas palabras, el Papa ha invitado a todos «a invocar del Señor el don de buenos trabajadores para su Reino, con el corazón y las manos disponibles a su amor».
Vatican News / Redacción