El Papa envía una segunda ambulancia a Ucrania
Este domingo el cardenal Krajewski partirá para entregarla en Kiev donde celebrará el Triduo Pascual con la población local
Francisco envía una segunda ambulancia a la que, en numerosas ocasiones, ha definido como «la martirizada Ucrania». Lo hace de nuevo a través del cardenal polaco Konrad Krajewski, su limosnero apostólico y quien, presumiblemente, a partir de junio y en virtud de la reforma de la Curia, se convertirá en el Prefecto del nuevo Dicasterio para el Servicio de la Caridad. Esa caridad es la que quiere hacer llegar el Papa a los ucranianos a través de este tipo de gestos tangibles.
El vehículo lo transportará el limosnero quien partirá este Domingo de Ramos desde Roma con destino a Kiev, donde llegará en Jueves Santo. La fecha en que llegará el emisario del Papa será el día del amor fraterno, cuando Cristo se ciñó la toalla para lavar los pies a sus discípulos y celebró con ellos la Última Cena. Krajewski permanecerá en Ucrania varios días para comprobar cuáles son ahora las necesidades siempre cambiantes y crecientes de los ucranianos y celebrar el Triduo Pascual con las comunidades cristianas.
Hace poco más de 10 días, el purpurado entregó en Leópolis el primero de los vehículos medicalizados que ha mandado Francisco. El Papa bendijo esta ambulancia unos días antes y envió a Krajewski a la cuidad ucraniana, la más grande y próxima a la frontera polaca donde hay miles de desplazados internos y donde ya han llegado las bombas rusas. Después de más de 2.000 kilómetros al volante de la ambulancia, el limosnero hizo entrega del vehículo a las autoridades civiles de la ciudad que lo destinaron al servicio de un hospital pediátrico.
Del 6 al 12 de ese mismo mes de marzo, Krajewski visitó el noroeste de Ucrania, entre otras, las ciudades de Rivne y Zhovkva para conocer de primera mano la magnitud de la emergencia y expresar la cercanía del Papa Francisco.
No podemos olvidar esta crueldad
Este sábado el Pontífice ha mantenido distintas audiencias privadas y encuentros públicos. Ha recibido a un club de aficionados al remo de la Ciudad Eterna. Aunque ha sido evidente en estas semanas de invasión rusa en Ucrania, en esta audiencia el Pontífice ha confirmado con sus propias palabras que la guerra que lacera Europa no se le va del pensamiento: «Quiero hablar de Ucrania. En estos días no podemos hablar de otras cosas sin acordarnos de la crueldad a la que se puede llegar. El espíritu deportivo, este de vuestra afición, es una preparación para no caer en estas cosas, para cultivar la amistad humana que nos prepara a no caer en esta tragedia y a pensar en la gente que es víctima de esta tragedia».