El Papa envía un telegrama a la viuda de Giorgio Napolitano, expresidente de Italia

«La muerte de su marido, el senador Giorgio Napolitano, ha suscitado en mí sentimientos de emoción y al mismo tiempo gratitud por este estadista que, en el desempeño de sus altas funciones institucionales, demostró grandes dotes de intelecto y sincera pasión por la vida política italiana así como un vivo interés por el destino de las naciones», ha escrito el Papa en un telegrama dirigido a Clio Bittoni Napolitano, la viuda del expresidente de la República Italiana Giorgio Napolitano. El exmandatario ha fallecido a las 19:45 del 22 de septiembre en la clínica Salvator Mundi, en Roma. Tenía 98 años.

Giorgio Napolitano fue presidente de la República Italiana entre 2006 y 2015, el primero en ser reelegido para su cargo y la persona que lo ha ocupado con una mayor edad. Tenía 89 años cuando dimitió de su segundo mandato.

En su telegrama, el Papa dice guardar «con gratitud el recuerdo de los encuentros personales que mantuve con él, durante los cuales aprecié su humanidad y clarividencia a la hora de tomar rectas decisiones importantes, especialmente en momentos delicados de la vida del país, con la constante intención de promover la unidad y la concordia en un espíritu de solidaridad y animado por la búsqueda del bien común». Una de las últimas veces que se encontraron la prensa local recogió que su reunión parecía la de dos viejos amigos.

De hecho, cuando Francisco se enteró de la renuncia de Napolitano, aunque estaba en pleno viaje apostólico a Sri Lanka, le envió un telegrama dándole las gracias por «el servicio generoso y ejemplar a la nación italiana, realizado con autoridad, lealtad y dedicación incansable al bien común». «Vuestra acción ilustrada y sabia ha contribuido a fortalecer los ideales de solidaridad, unidad y armonía entre la población, especialmente en el contexto europeo y nacional marcado por muchas dificultades», añadía el mensaje.

En esta ocasión, el mensaje de Francisco a la viuda de Napolitano y sus hijos acaba «asegurándoles mi recuerdo en la oración». «Al daros el pésame, invoco sobre vosotros y vuestros seres queridos el Consuelo del corazón», concluye el Papa.