El Papa en el prólogo del libro de María Teresa Compte: «Me preocupa que persista cierta mentalidad machista»
Francisco escribe el prólogo de Diez cosas que el Papa Francisco propone a las mujeres, libro de la profesora María Teresa Compte
«Me preocupa que siga persistiendo cierta mentalidad machista, incluso en las sociedades más avanzadas, en las que se consuman actos de violencia contra la mujer, convirtiéndola en objeto de maltrato, de trata y lucro, así como de explotación en la publicidad y en la industria del consumo y de la diversión. Me preocupa igualmente que en la propia Iglesia, el papel de servicio al que todo cristiano está llamado se deslice, en el caso de la mujer, algunas veces, hacia papeles más bien de servidumbre que de verdadero servicio».
Son palabras de Francisco en el prólogo de Diez Cosas que el Papa Francisco propone a las mujeres (Publicaciones Claretianas), de María Teresa Compte, directora del Máster Universitario de Doctrina Social de la Iglesia en la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA). Acompañarán a la autora en la presentación, el próximo miércoles en la Fundación Pablo VI de Madrid, algunas de las más destacadas personalidades femeninas en la Iglesia española: la rectora de la UPSA, Miriam Cortés; la secretaria general de Cáritas Española, Natalia Peiró, y la presidenta de Manos Unidas, Clara Pardo, además del director de la editorial, Fernando Prado.
Compte analiza el magisterio de Francisco sobre la mujer y los debates y líneas abiertas por el Pontífice para lograr «una presencia más incisiva» en la Iglesia, tanto en lo que se refiere a los organismos curiales de toma de decisiones, como en las comunidades y familias cristianas, donde reiteradas veces ha denunciado que perviven culturas marcadamente machistas.
Otro de los rasgos de la propuesta del Papa –en continuidad absoluta con Juan Pablo II, no especialmente leído en este punto– es su apuesta sin miedo por el diálogo con los feminismos, valorando sus aportaciones a la emancipación de la mujer, sin que ello impida señalar críticamente puntos de discrepancia con algunas corrientes ideológicas.
La clave para superar la que Francisco denomina «cultura patriarcal» está en una relación de igualdad entre géneros que no niegue las diferencias biológicas, pero que tampoco las aproveche como excusa para relegar a la mujer a una posición subalterna. «Creo que es necesaria una renovada investigación antropológica que incorpore los nuevos progresos de la ciencia y de las actuales sensibilidades culturales para profundizar más y más no solo en la identidad femenina, sino también en la masculina, para así mejor servir al ser humano en su conjunto», prosigue el Papa en el prólogo. «Avanzar en esto es prepararnos para una humanidad nueva y siempre renovada», concluye, deseando que este libro genere «una mayor sensibilidad y reconocimiento de la misión y la vocación de la mujer». Desde el ejemplo de María, que es modelo de mujer, pero también icono de una Iglesia llamada en su totalidad a «ser Madre que ama con ternura y cariño a todos. Hombres y mujeres –sentencia Francisco– no han de perder de vista esta perspectiva hoy tan crucial».
Querida María Teresa:
Muchas gracias por tu libro Diez cosas que el papa Francisco propone a las mujeres, en el que reflexionas sobre algunas sugerencias mías. Siento que tus palabras son fruto de tu experiencia y reflexión en torno a diversos temas que también se derivan y afectan a la vocación y a la misión de la mujer.
Me preocupa que siga persistiendo cierta mentalidad machista, incluso en las sociedades más avanzadas, en las que se consuman actos de violencia contra la mujer, convirtiéndola en objeto de maltrato, de trata y lucro, así como de explotación en la publicidad y en la industria del consumo y de la diversión. Me preocupa igual- mente que en la propia Iglesia, el papel de servicio al que todo cristiano está llamado se deslice, en el caso de la mujer, algunas veces, hacia papeles más bien de servidumbre que de verdadero servicio.
Siguiendo el pensamiento de mis antecesores, creo que es necesaria una renovada investigación antropológica que incorpore los nuevos progresos de la ciencia y de las actuales sensibilidades culturales para profundizar más y más no sólo en la identidad femenina, sino también en la masculina, para así mejor servir al ser humano en su conjunto. Avanzar en esto es prepararnos para una humanidad nueva y siempre renovada. Espero que tu libro sea un aporte más en este sentido.
Me parece bien que no te hayas olvidado de María –Bendita entre las mujeres– en tu reflexión. Creo que del ser mujer de María emerge algo especial, a lo que he llamado «estilo mariano» en mi exhortación apostólica Evangelii gaudium (n. 288). Un estilo que invita a toda la Iglesia a ser Madre que ama con ternura y cariño a todos. Hombres y mujeres en la Iglesia no han de perder de vista esta perspectiva hoy tan crucial.
Que estas «diez cosas» puedan hacer el bien a quien las lea y que el Señor lo multiplique, caminando siempre hacia una mayor sensibilidad y reconocimiento de la misión y la vocación de la mujer.
Que el Señor te bendiga y la Virgen santa te cuide. Que el Señor te sostenga en tu tarea investigadora y docente, ayudando a otras personas a descubrir el rostro de Jesús, que amó a hombres y mujeres sin distinción, sobre todo a los más pobres y más débiles.
No te olvides de rezar por mí. Fraternalmente,
Ciudad del Vaticano, 12 de febrero de 2018