El Papa, en el Día Mundial de la Tierra: «No hay futuro para nosotros si destruimos el medio ambiente»
Durante la audiencia general, Francisco ha dicho apreciar sinceramente «los movimientos internacionales y locales que se han formado para despertar las conciencias». Es bueno «converger desde todas las condiciones sociales y dar vida también a un movimiento popular desde abajo»
En el Día Mundial de la Tierra, que cumple su edición número 50, el Papa Francisco ha dedicado íntegramente la audiencia general a esta jornada y ha pedido «crecer en la conciencia del cuidado de la casa común» porque «como nos muestra la trágica pandemia del coronavirus, solo juntos y haciéndonos cargo de los más débiles podemos vencer los desafíos globales». Como imagen de Dios, «estamos llamados a cuidar y respetar a todas las criaturas y a nutrir amor y compasión por nuestros hermanos y hermanas, especialmente por los más débiles, a imitación del amor de Dios por nosotros, manifestado en su Hijo Jesús, que se hizo hombre para compartir con nosotros esta situación y salvarnos».
Sin embargo, «por egoísmo hemos fallado en nuestra responsabilidad como custodios y administradores de la tierra. La hemos contaminado y saqueado, poniendo en peligro nuestra misma vida». También «hemos fallado en custodiar a nuestros hermanos». En definitiva, «hemos pecado contra la tierra, contra nuestro prójimo y, en fin, contra el Creador».
Ante esta situación, el Pontífice ha dicho apreciar sinceramente «los movimientos internacionales y locales que se han formado para despertar las conciencias». Es bueno «converger desde todas las condiciones sociales y dar vida también a un movimiento popular desde abajo». Aunque cree que «todavía será necesario que nuestros niños salgan a las calles para enseñarnos que no hay futuro para nosotros si destruimos el medio ambiente que nos sostiene».
Cambiar la mirada
Además, ha pedido mirar «de una forma nueva nuestra casa común. La tierra no es un depósito de recursos para ser explotados. Para nosotros los creyentes el mundo natural es el “Evangelio de la Creación», que expresa la potencia creadora de Dios para plasmar la vida humana y hacer que el mundo exista junto con lo que contiene para sostener a la humanidad». Por eso, «al celebrar hoy el Día Mundial de la Tierra, estamos llamados a reencontrar el sentido de respeto sagrado por la tierra, porque no es solo nuestra casa, sino también la casa de Dios».
Al mismo tiempo, «necesitamos una conversión ecológica que se exprese en acciones concretas», ha subrayado el Santo Padre. Pero esta conversión, ha de materializarse en «un plan compartido para evitar las amenazas contra nuestra casa común». Por ello, «exhorto a cuantos ostentan la autoridad a liderar el proceso que conducirá a dos conferencias internacionales muy importantes: la COP15 sobre la Biodiversidad en Kunming (China) y la COP26 sobre el Cambio Climático en Glasgow (Reino Unido)».
Entidades católicas proponen soluciones ante la crisis global
También en este Día de la Tierra, las entidades católicas que forman la plataforma Enlázate por la Justicia proponen soluciones ante la crisis global planteada con el COVID-19 y denuncian vulneraciones de derechos y libertades sociales en todo el planeta, amparados por los Estados de alarma decretados.
«Esta pandemia universal ha hecho que resuene en nosotros con más fuerza que nunca el mensaje de Laudato si y de Querida Amazonia, todo está conectado. Así como los distintos componentes del planeta —físicos, químicos y biológicos— están relacionados entre sí, también las especies vivas conforman una red que nunca terminamos de reconocer y comprender», aseguran las instituciones, entre las que se encuentran Cáritas o Entreculturas, en un mensaje conjunto.
Estamos experimentando en esta crisis «nuestra fragilidad, interconexión e interdependencia». «El sufrimiento que hoy nos afecta a unas personas, mañana afectará a otras y, por ello, también debemos compartir los conocimientos, recursos y medios para reforzar los lazos de cooperación universal que manifiestan la fortaleza de nuestra conexión».
«Necesitamos promover el estado de derecho, instituciones eficaces y transparentes y proteger las libertades fundamentales para salir con bien de la crisis del COVID-19». Por eso, denuncian «que las medidas adoptadas por los estados en la atención y contención del virus generan situaciones propicias a los gobiernos para vulnerar derechos y libertades sociales e individuales fundamentales y eludir la necesaria transparencia y rendición de cuentas».
En el texto, recalcan su preocupación por «la gestión de la emergencia en numerosos países para garantizar el confinamiento, que al mismo tiempo está sirviendo para la represión y el control del territorio», y «la inseguridad y violación de los derechos humanos de los migrantes, sometidos a una mayor contención migratoria, y el rechazo provocado por el miedo al contagio, la falta de garantía de una seguridad alimentaria, la falta de control sobre la especulación con los precios de los alimentos básicos y el desabastecimiento, así como la violencia social que provocará la incapacidad del confinamiento de los sectores que necesitan un ingreso diario».
Desde Enlázate por la Justicia no han querido que esta crisis «ponga en segundo plano la Emergencia Climática que vivimos y que se retroceda en los tímidos pasos que gobiernos e instituciones nacionales e internacionales estaban dando para proteger el planeta de su deterioro y su efecto en las personas». «Debemos seguir apostando por una ecología integral» y «perseverar en la defensa del planeta y las iniciativas puestas en marcha por la Unión Europea como el Green Deal o a nivel estatal con la próxima Ley de Cambio Climático y Transición Energética».
«Tenemos que intensificar nuestros esfuerzos individuales y comunitarios, nacionales e internacionales, para lograr un desarrollo sostenible cuidando no dejar a nadie atrás y perseverar en alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible de la agenda 2030». Asimismo, solicitan a los gobernantes de la Unión Europea y del resto del mundo soluciones creativas ante esta crisis, «como la condonación de la deuda externa de los países empobrecidos altamente endeudados, el cese de los conflictos armados y del comercio de armas y la propuesta del salario universal».
José Calderero de Aldecoa @jcalderero / C. S. A.