El Papa en el Ángelus: «Dios encuentra mil modos de llegar a nosotros»

Como cada domingo, el Pontífice ha dirigido el rezo del Ángelus desde la plaza de San Pedro, abarrotada a pesar de la lluvia y la niebla. En esta ocasión, ha reiterado el rechazo a la guerra en el mundo: «Sigamos rezando por la paz en Ucrania, Israel, Palestina, Líbano, Siria, Myanmar, Sudán. Que la comunidad internacional actúe con firmeza para que se respete el derecho humanitario en esos conflictos». «Basta de atacar a los civiles, a las escuelas, hospitales. No olvidemos que la guerra es siempre una derrota», ha clamado Francisco.  

En la catequesis, el Santo Padre ha señalado lo potente que es el amor de Dios, «que no se deja vencer por nada, y más allá de obstáculos y rechazos continúa resplandeciendo e iluminando nuestro camino». Un ejemplo de ello es la Navidad, cuando el Hijo de Dios supera muros y divisiones y sale a la luz la vida compartida con la familia de Nazaret. «Comparte la vida humilde de María y José, que lo acogen y crían con amor, pero con las posibilidades limitadas y las dificultades propias de quien no tiene medios», ha explicado.  

Además, ha destacado la figura de los pastores, «hombres con el corazón marcado por la crudeza de la vida y por el desprecio de la sociedad» y también la de los Reyes Magos, «que movidos por el deseo de conocerlo afrontan un largo viaje y lo encuentran en una casa de gente común, en gran pobreza». 

El Pontífice ha asegurado que Dios «encuentra mil modos» para llegar a todos y cada uno de nosotros. «Allá donde nos encontremos, sin cálculos y sin condiciones, abriendo también en las noches más oscuras de la humanidad ventanas de luz que la oscuridad no puede cubrir». Esto nos debe consolar y dar valor, especialmente en el contexto actual, «donde hay tanta necesidad de luz, esperanza y paz, donde los hombres a veces crean situaciones tan complicadas que parece imposible salir de ellas», ha afirmado.  

En este sentido, el Papa Francisco nos invita a no tener miedo de dar el primer paso, especialmente en este Año Jubilar, para «abrir ventanas luminosas de cercanía a quien sufre, de perdón, compasión y reconciliación». En todos los contextos: «familiar, social e internacional», ha puntualizado el Santo Padre.