El Papa: El «terrorismo y la guerra» no son una solución para Israel y Gaza
Ha confesado que sigue «con dolor» los acontecimientos. Hay 350 muertos israelíes y más de 300 muertos palestinos
Como era de esperar dada la gravedad de la situación, el Papa ha hecho este domingo un llamamiento a la paz entre Israel y Gaza, aunque parece que no hay ninguna voluntad de poner fin a la violencia de parte de ninguna de las partes. El gobierno israelí ha avisado a sus ciudadanos de que la guerra será larga y difícil. El balance de víctimas de los ataques de este sábado supera los 350 muertos en la parte israelí mientras que en Gaza han perecido 313 personas a causa de la respuesta de Tel Aviv en forma de bombardeos.
Dolor por lo que suceden en Israel
Israel ha advertido a los gazatíes de que busquen refugio o, incluso mejor, que se marchen de Gaza. Además, este lunes el ejército israelí evacuará a sus ciudadanos en las zonas fronterizas con la Franja.
Unos 25.000 fieles en la plaza de San Pedro han escuchado el clamor del Pontífice por esta rápida escalada de violencia en Tierra Santa. El Papa ha usado la palabra «terrorismo»: «Sigo con aprensión y dolor lo que sucede en Israel donde la violencia ha explotado más rápidamente si cabe provocando centenares de muertos y heridos. Expreso mi cercanía a los familiares de las víctimas, rezo por ellos y por todos los que viven horas de terror y de angustia. Que se detengan los ataques y las armas, por favor, y que se comprenda que el terrorismo y la guerra no conducen a ninguna solución, solo a la muerte y al sufrimiento de muchos inocentes».
«La guerra es una derrota, cada guerra es una derrota. Recemos para que haya paz en Israel y Palestina», ha implorado.
Francisco también ha invitado este mes de octubre a intensificar la oración del rosario para que, por la intercesión de María, llegue «el don de la paz a los países del mundo marcados por la guerra y los conflictos». Pese a que la atención mundial está ahora mismo en Oriente Medio, el Pontífice no se ha olvidado un día más de «la querida Ucrania que cada día sufre tanto, tan martirizada».
Y además ha querido dar las gracias «a quienes siguen y acompañan con la oración el Sínodo».
La ingratitud conduce a la violencia
Antes de la oración mariana, el Papa ha reflexionado sobre la parábola del dueño que arrienda la viña a unos viñadores que matan a su hijo y a sus siervos. A partir de esta lectura evangélica, Francisco ha hablado de la ingratitud y la avaricia.
«Con esta parábola, Jesús nos recuerda lo que sucede cuando el hombre se cree que se hace a sí mismo y se olvida de la gratitud, olvida la realidad fundamental de la vida: que el bien viene de la gracia de Dios, de su don gratuito. Cuando uno olvida esto, termina por vivir la propia condición y el propio límite no ya con la alegría de sentirse amado y salvado, sino con la triste ilusión de no tener necesidad de amor ni de salvación», ha asegurado el Pontífice.
Por último, ha explicado que cuando uno es «prisionero de su propia codicia» termina por ser una persona insatisfecha que solo siente envidia y rencor. Así, ha dicho Francisco, «se puede caer en el torbellino de la violencia». Para evitarlo, ha recomendado ser agradecidos, «porque un simple “gracias” puede restablecer la paz», y poner en práctica «las tres palabras que son el secreto de la convivencia humana: gracias, permiso y perdón».