El Papa: el Espíritu Santo libera del miedo hacia el que piensa distinto
Ha pedido ayuda humanitaria para los afectados por el ciclón Mocha entre Myanmar y Bangladés
Tras presidir la celebración por la solemnidad de Pentecostés, el Papa Francisco no ha faltado a su cita con fieles y peregrinos de todo el mundo para rezar juntos el Regina caeli. En su catequesis previa a la oración mariana, ha reflexionado sobre cómo el Espíritu Santo es capaz de liberar del miedo.
Primero ha evocado la venida del Espíritu sobre los apóstoles invadidos por la angustia que los mantenía encerrados y escondidos. «La muerte de Jesús los había desanimado, sus sueños se habían hecho añicos, sus esperanzas se habían desvanecido. Y se habían encerrado», ha dicho Francisco, asegurando que esto mismo puede suceder a cualquier persona.
«¿Cuántas veces, por alguna situación difícil, por algún problema personal o familiar, por el sufrimiento que padecemos o por el mal que respiramos a nuestro alrededor, corremos el riesgo de caer poco a poco en la pérdida de la esperanza y nos falta el valor para seguir adelante?», se ha preguntado. En ese tipo de circunstancias, tendemos a encerrarnos en nosotros mismos y ese encerrarse se produce porque el miedo nos controla.
El Pontífice también ha dicho que el miedo nos bloquea, paraliza y nos aísla: «Pensemos en el miedo hacia el otro, al extranjero, al diferente y al que piensa distinto. E incluso puede haber miedo a Dios: a que me castigue, a que se enfade conmigo… Si damos espacio a estos falsos miedos, se cierran las puertas: las del corazón, las de la sociedad, ¡e incluso las puertas de la Iglesia! Donde hay miedo, hay cerrazón. Y eso no está bien».
Pero hay un antídoto a ese miedo y es el Espíritu Santo. El ejemplo de su efecto que ha propuesto el Papa es el de los propios apóstoles, que, cuando reciben el Espíritu, salen al mundo para proclamar el Evangelio. Porque el Espíritu Santo abre puertas, «nos hace sentir la cercanía de Dios y así su amor echa fuera el temor, ilumina el camino, consuela y sostiene en la adversidad». Por ello, Francisco ha invitado a invocar el Espíritu Santo para cada uno, para la Iglesia y para el mundo entero, «para que un nuevo Pentecostés ahuyente los miedos que nos asaltan y reavive el fuego del amor de Dios».
Por solidaridad humana y eclesial
Tras el rezo, Francisco ha recordado la emergencia provocada por el ciclón Mocha entre Myanmar y Bangladés. La tormenta ha golpeado especialmente los campos de refugiados rohinyá. El Papa ha lamentado las devastadoras consecuencias del fenómeno y, sobre todo, ha pedido a las autoridades que favorezcan el acceso a la ayuda humanitaria, «por sentido de solidaridad humana y eclesial, para socorrer a estos hermanos y hermanas». Tampoco este domingo el Papa se ha olvidado del «martirizado pueblo ucraniano» y de todos aquellos pueblos que anhelan la paz.