La mitad de los católicos viven en el Nuevo Mundo, pero la evangelización y promoción social de la Amazonia, sigue siendo una asignatura pendiente al cabo de 500 años. El Papa quiere poner espiritualmente en pie el inmenso territorio de nueve países en que viven 34 millones de personas de 350 grupos indígenas, muchos de ellos víctimas sucesivamente de los caucheros, los madereros y los mineros, en actividad legal o ilegal.
La Red Eclesial Panamazónica (REPAM), presidida por el cardenal brasileño Claudio Hummes, refuerza la evangelización, pero es necesario un nuevo impulso misionero de todos los países de América Latina. Por eso el Papa ha convocado un Sínodo especial sobre la Amazonia en 2019, al estilo de los que Juan Pablo II celebraba por continentes para identificar claramente problemas y soluciones.
En su estilo misionero, Francisco da personalmente el pistoletazo de salida este viernes en el corazón de la Amazonia. La reunión con 4.000 indígenas y numerosos obispos y cardenales en Puerto Maldonado, capital de la biodiversidad en la Amazonia peruana, es el verdadero inicio, con la presencia del cardenal Lorenzo Baldisseri, secretario general del Sínodo de Obispos, quien trabajará varios días con prelados y misioneros.
Al frente del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado está el joven obispo dominico español David Martínez de Aguirre, custodio de la herencia del legendario dominico asturiano José Álvarez Fernández, conocido como Apaktone o padre sabio anciano en uno de los idiomas indígenas que hablaba y de los que escribió gramáticas y diccionarios. El Papa almorzará con el vicario apostólico y nueve indígenas en el Centro Pastoral Apaktone, que perpetua la memoria del misionero, lingüista y naturalista, cuyo proceso de beatificación comenzó en el año 2000.
El objetivo principal del Sínodo sobre la Amazonia es, según el Papa, «identificar nuevos caminos de evangelización de esa porción del pueblo de Dios, especialmente de los indígenas, con frecuencia olvidados y carentes de un porvenir sereno, también por la crisis de la selva amazónica, pulmón de capital importancia para nuestro planeta».
Según el cardenal Hummes, el inmenso territorio necesita más misioneros y más atención por parte de los gobiernos. También mayor respeto pues, como indicó el Papa el pasado año en un encuentro de pueblos indígenas organizado por el IFAD, «siempre debe prevalecer el derecho al consentimiento previo e informado».