En el libro titulado Contra la guerra, el Papa Francisco reflexiona sobre los riesgos de que la Tercera Guerra Mundial a trozos que denunció al inicio de su pontificado acabe destruyéndolo todo. «Esos trozos se han hecho más y más grandes, soldándose juntos… Tantas guerras están ocurriendo en este momento en el mundo, causando un dolor inmenso, víctimas inocentes, especialmente niños», señala en el volumen, publicado en italiano por la Librería Editora Vaticana. El Corriere della Sera recogió un adelanto del alegato por la paz en el que el Pontífice deja claro que las guerras «solo pararán si dejamos de alimentarlas».
Para la subdirectora del diario italiano, Fiorenza Sarzanini, una de las plumas periodísticas más prestigiosas, el Papa «trabaja a destajo por la paz en el mundo». «Su mensaje de reconciliación y fraternidad resuena con fuerza en todos sus discursos. Y más en este momento, porque sabe bien que la guerra de Ucrania no tiene solo consecuencias devastadoras para ese país, sino que está poniendo en peligro el frágil equilibrio del mundo, sobre todo, porque detrás están dos grandes actores: Rusia, de una parte, y EE. UU., de otra», incide.
El Pontífice narra en el libro su viaje «al maltrecho Irak», donde pudo tocar «el desastre causado por la guerra». «Vi los escombros de las casas y las heridas de los corazones […]. Nunca hubiera imaginado entonces que un año después estallaría un conflicto en Europa», escribe. «Paso a paso, nos dirigimos hacia la catástrofe», pronostica, si bien reitera que la guerra no es un asunto «inevitable».
Al Papa no le ha temblado el pulso a la hora de condenar con vigor la decisión de muchos países de la Unión Europa de aumentar el gasto militar para cumplir con el requerimiento de la OTAN de llegar al 2 % del PIB. Francisco parece el último pacifista en un mundo fragmentado por las divisiones que ha destronado al multilateralismo como plataforma para resolver las diferencias. «En el libro cita a san Juan Pablo II y dice que la guerra es una aventura sin retorno. Es evidente que, en este momento, los gobiernos actúan contrariamente a la opinión del Papa. Parece que su llamamiento ha caído en saco roto», opina Sarzanini. De este modo, reivindica la idea que este defiende de que «la guerra es la derrota de la política y la rendición a las fuerzas del mal». El problema es que, en este momento, «Ucrania combatiendo al enemigo no se siente de la parte de los malos, sino de los buenos. Lo mismo pasa con Rusia, que se cree que está del lado de los salvadores».
Frente a la desolación de la maquinaria bélica, Francisco exclama: «Si tuviéramos memoria no gastaríamos decenas, cientos de miles de millones en rearmarnos, en equiparnos con armas cada vez más sofisticadas que acaban matando a niños, mujeres, ancianos». Para el Papa, la guerra es un «sacrilegio», reconoce Sarzanini, que asegura que sus palabras son como una «brújula moral absolutamente necesaria» en un mundo cada vez más polarizado.
«Pensemos en cómo el Pontífice ha sido casi el único que ha denunciado la vergüenza de las muertes de inmigrantes en el Mediterráneo. La acogida que vemos hacia los ucranianos no ha sucedido por desgracia con los refugiados de otros países como Siria o Afganistán», concluye la subdirectora del diario italiano.
Papa Francisco
LEV y Solferino
2022
192
16,50 €