El Papa con Zelenski durante 40 minutos: urgen «gestos de humanidad»
Es la primera vez que se han visto en persona desde que comenzó la invasión. Zelenski ha regalado al Papa un icono de la Virgen pintado en los restos de un escudo antibalas
Escoltado por cazas nada más entrar en espacio aéreo italiano, el Airbus 319 del presidente Volodímir Zelenski aterrizó sobre las 10:00 horas en el aeropuerto romano de Ciampino. A pie de pista, el mandatario fue recibido por el ministro italiano de Exteriores, Antonio Tajani. El presidente ucraniano comenzó con sus encuentros bilaterales a las 12:00 horas. Primero visitó el Palacio del Quirinal, donde fue recibido con todos los honores por el presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella. Una hora después, se trasladó al Palacio Chigi para departir con la primera ministra, Giorgia Meloni. Fueron más de dos horas de encuentro.
Zelenski dio las gracias a las instituciones italianas por su apoyo a Ucrania y destacó la necesidad de reforzar la presión internacional sobre Rusia con nuevas sanciones. De Italia se lleva la promesa del apoyo para el ingreso de Ucrania en la Unión Europea y en la OTAN. Aunque, sin duda, más allá de la política, la repercusión internacional de su visita a Roma se la llevó el encuentro con el Papa Francisco.
Mientras tanto, la gendarmería vaticana preparaba la plaza de San Pedro. Una vez se superan los muros vaticanos, la autoridad competente, en virtud de los Pactos lateranenses, es este cuerpo vaticano. Los agentes habilitaron un carril especial para hacer entrar a la delegación del mandatario ucraniano por la plaza, en lugar de rodeando la columnata de San Pedro. Es el mismo dispositivo puesto en marcha para otras visitas importantes como, por ejemplo, la de Joe Biden o la del mismo Vladimir Putin. En este caso, el protocolo para Zelenski fue muy distinto al de aquel de su audiencia con el Papa del 8 de febrero de 2020. Ya en aquella ocasión, el tema sobre la mesa fue el conflicto en el Dombás.
Horas antes de su llegada al Vaticano, en las inmediaciones de la plaza de San Pedro, a Zelenski le esperaba una representación de compatriotas que, cuando ha aparecido la comitiva de su presidente, ondearon con entusiasmo a su paso la bandera bicolor del país. El mandatario se presentó con unos diez minutos de retraso, dado que prácticamente concluyó a las 16:00 horas la rueda de prensa conjunta con la primera ministra italiana.
El encuentro con el Pontífice se ha desarrolló en una sala del Aula Pablo VI, el mismo lugar donde el Papa recibió a Carlos y Camila de Inglaterra en 2017. Al llegar, fue recibido por Leonardo Sapienza, el prefecto de la Casa Pontificia, pero enseguida el Papa salió a su encuentro recibiéndolo con una sonrisa. «Es un honor para mí», dijo Zelenski, a lo que Francisco respondió: «Gracias por la visita».
Departieron en privado con ayuda de un traductor, el fraile ucraniano Marko Gonkalo. Zelenski llevaba consigo una carpeta amarilla con sus apuntes que abrió de par en par sobre la mesa. En total, pasaron unos 40 minutos reunido con el Papa. Los regalos intercambiados fueron muy simbólicos. De parte del Papa, un pequeño bronce que representa una rama de olivo, el símbolo universal de la paz, y algunos escritos, entre los que se encontraba su Mensaje para la Paz de este año. El presidente ucraniano obsequió a Francisco con un icono de la Virgen pintado en los restos de un chaleco antibalas y un cuadro titulado Pérdida, que simboliza el asesinato de niños durante la invasión. Es otro icono de la Virgen con el Niño en el que no hay imagen del niño, solo una silueta negra.
Después, Zelenski se reunió con Paul Richard Gallagher, secretario para las Relaciones con los Estados, quien fue testigo en Ucrania del reguero de muerte y destrucción perpetrado por las tropas rusas. No estuvo presente el cardenal Pietro Parolin, quien este fin de semana viajó a Fátima.
Pocos minutos después del final del encuentro, la Santa Sede envió un comunicado oficial: «Los temas de conversación aluden a la situación humanitaria y política en Ucrania provocada por la guerra en curso. El Papa ha asegurado su oración constante, testimoniada por sus numerosos llamamientos públicos y por su continua invocación al Señor por la paz desde febrero del año pasado. Ambos coincidieron en la necesidad de continuar con los esfuerzos humanitarios para apoyar a la población».
El Papa subrayó, en particular, la urgente necesidad de «gestos de humanidad» hacia las personas más frágiles, víctimas inocentes del conflicto». El presidente ucraniano, por su parte, en un tuit asegura que ha expresado su agradecimiento a Francisco por «su atención personal a la tragedia de millones de ucranianos» y que ha hablado con él de los niños ucranianos de las zonas ocupadas que han sido deportados a Rusia para pedirle su mediación.
La noticia de la audiencia del Papa con Zelenski saltó el jueves por la tarde. Varios medios italianos, citando fuentes vaticanas, aseguraban que el presidente ucraniano se reuniría con Francisco a lo largo del fin de semana en el marco de una nueva gira europea de Zelenski. Sin embargo, la Santa Sede hasta este mismo sábado no confirmó nada. Lo hizo a través de la comunicación diaria que envía a los periodistas acreditados sobre la actividad de la jornada del Pontífice.
Francisco se había reunido pocos días antes con el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal. El mandatario había viajado a Roma convocado por el gobierno italiano para participar en una cumbre con unos 600 empresarios italianos interesados en invertir en Ucrania y participar en la reconstrucción del país. Con motivo del viaje, departió con el Papa en privado durante cerca de media hora, así como con el cardenal Pietro Parolin y el arzobispo Paul Richard Gallagher.
El primer ministro renovó su invitación al Pontífice para que visite Kiev, pero, sobre todo, le pidió ayuda para rescatar a los niños deportados por la fuerza a Rusia, con la esperanza de que tenga el mismo éxito que la mediación Vaticana en el caso del intercambio de prisioneros de guerra entre Rusia y Ucrania.
Rusia, sin embajador ante la Santa Sede
En las últimas semanas se han hecho más visibles los contactos de parte del Papa con la parte agresora y la agredida. En Budapest, Francisco se reunió con Hilarión, quien fuera el ministro de Exteriores de Cirilo y que discrepa con el Patriarcado de Moscú respecto a su apoyo sin fisuras a la invasión de Putin.
Días después, el Papa saludó en Roma al sustituto de Hilarión desde junio, el metropolita Antoni de Volokolamsk, presidente del Departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú. Respecto a la mediación entre Rusia y Ucrania, Francisco aseguró a su vuelta de Hungría que hay una misión en marcha de la que no puede hablar. No especificó si se trata de un nuevo intento por dialogar con el Gobierno ruso, con Cirilo o con Kiev, aunque pronto tanto Rusia como Ucrania aseguraron que no sabían de ninguna misión vaticana.
En cualquier caso, según declaraciones de Pietro Parolin, «después hubo contactos en los que se aclaró por ambas partes que se trataba de un malentendido». Además, el Pontífice se reunió hace pocos días con uno de sus interlocutores desde el primer minuto de la invasión, el embajador ruso ante la Santa Sede. El jueves recibió a Alexander Avdeev, que ya termina su misión diplomática en Roma después de diez años, los mismos del Pontificado de Francisco. Ahora Rusia tendrá que designar a un nuevo embajador al que el Vaticano conceda su plácet en medio de esta compleja situación.