El Papa, con los refugiados de Lesbos: «Los cierres y los nacionalismos llevan al desastre» - Alfa y Omega

El Papa, con los refugiados de Lesbos: «Los cierres y los nacionalismos llevan al desastre»

«Es fácil arrastrar a la opinión pública, fomentando el miedo al otro», ha advertido Francisco

Yago González
El Papa saluda este domingo a niños refugiados en Mitilene (Lesbos). Foto: CNS Photo / Paul Haring.

El Papa Francisco ha acudido este domingo, dentro de su viaje apostólico por Chipre y Grecia, al Centro de Recepción de Migrantes de Mitilene, en la isla griega de Lesbos. Allí, el Pontífice ha saludado a los refugiados y ha pronunciado un discurso en el que ha advertido de que «cuando se rechaza a los pobres, se rechaza la paz» y que los «cierres y nacionalismos –nos enseña la historia– llevan a consecuencias desastrosas».

«Mientras se llevan adelante las vacunaciones a nivel planetario y algo parece que se está moviendo en la lucha contra el cambio climático, todo parece terriblemente opaco en lo que se refiere a las migraciones. Y, sin embargo, están en juego personas, vidas humanas. Está en juego el futuro de todos, que sólo será sereno si está integrado. El futuro sólo será próspero si se reconcilia con los más débiles», ha señalado.

Francisco ha invitado a «anteponer la realidad del hombre a las ideas e ideologías» y ha recordado que «es una ilusión pensar que basta con salvaguardarnos a nosotros mismos, defendiéndonos de los más débiles que llaman a la puerta». Según el Santo Padre, «el futuro nos pondrá cada vez más en contacto unos con otros; para orientarlo hacia el bien no sirven acciones unilaterales, sino políticas más amplias». «La historia, repito, nos enseña, pero todavía no hemos aprendido. Que no se vuelvan las espaldas a la realidad, que termine el continuo rebote de responsabilidades, que no se delegue siempre a los otros la cuestión migratoria, como si a ninguno le importara y fuese sólo una carga inútil que alguno se ve obligado a soportar», ha remarcado.

Refugiados de Mitilene (Lesbos) aguardan este domingo la visita del Papa. Foto: CNS Photo / Paul Haring.

El Pontífice ha rogado a «cada hombre» que «supere la parálisis del miedo, la indiferencia que mata, el cínico desinterés que con guantes de seda condena a muerte a quienes están en los márgenes». También ha cargado contra el ensimismamiento: «Afrontemos desde su raíz al pensamiento dominante, que gira en torno al propio yo, a los propios egoísmos personales y nacionales, que se convierten en medida y criterio de todo».

Francisco ha dado un toque de atención a los políticos europeos: «Debemos admitir amargamente que este país [Grecia], como otros, está atravesando actualmente una situación difícil y que en Europa sigue habiendo personas que persisten en tratar el problema como un asunto que no les incumbe». A su juicio, «el respeto a las personas y a los derechos humanos –especialmente en el continente que no cesa de promoverlos en el mundo– debería ser salvaguardado siempre, y la dignidad de cada uno debería ser antepuesta a todo».

Dinero para construir muros

«Es triste escuchar que el uso de fondos comunes se propone como solución para construir muros», ha lamentado el Papa, que al mismo tiempo ha admitido que «los temores y las inseguridades, las dificultades y los peligros son comprensibles». «El cansancio y la frustración, agudizados por la crisis económica y pandémica, se perciben, pero no es levantando barreras como se resuelven los problemas y se mejora la convivencia, sino uniendo fuerzas para hacerse cargo de los demás según las posibilidades reales de cada uno y en el respeto de la legalidad, poniendo siempre en primer lugar el valor irrenunciable de la vida de todo hombre», ha exhortado.

El Santo Padre ha alertado de que «es fácil arrastrar a la opinión pública, fomentando el miedo al otro». «¿Por qué, en cambio, con el mismo tono, no se habla de la explotación de los pobres, o de las guerras olvidadas y a menudo generosamente financiadas, o de los acuerdos económicos que se hacen a costa de la gente, o de las maniobras ocultas para traficar armas y hacer que prolifere su comercio?», ha indicado.

El Papa visita a los refugiados de Mitilene, en la isla de Lesbos. Foto: CNS Photo / Paul Haring.

El Papa considera que «hay que enfrentar las causas remotas, no a las pobres personas que pagan las consecuencias de ello, siendo además usadas como propaganda política». Como posible solución, ha propuesto la coordinación de todos los países: «Para remover las causas profundas no se puede sólo resolver las emergencias. Se necesitan acciones concertadas. Es necesario acercarse a los cambios históricos con amplitud de miras. Porque no hay respuestas fáciles para problemas complejos; existe más bien la necesidad de acompañar los procesos desde dentro, para superar los guetos y favorecer una lenta e indispensable integración, para acoger las culturas y las tradiciones de los otros de una manera fraterna y responsable».