El Papa cede los coches de la Limosnería para que los sin techo puedan dormir en ellos - Alfa y Omega

El Papa cede los coches de la Limosnería para que los sin techo puedan dormir en ellos

Francisco ha autorizado la apertura las 24 horas del día de dos albergues para que las personas sin hogar puedan dormir bajo techo durante la ola de frío que azota a Europa. El Pontífice también ha puesto a disposición de los sin techo los coches de la Limosnería Apostólica para que aquellas personas que no quieran ir a los albergues se puedan refugiar del frío. «Quien llama a la puerta es acogido y puede quedarse y recibe té, café y alimentos», explica el limosnero del Papa

Redacción
Foto: EFE / Massimo Percossi.

El Papa Francisco ha autorizado a la Limosnería Apostólica, la Oficina de la Santa Sede que tiene la tarea de practicar la caridad a favor de los pobres en nombre del Sumo Pontífice, a dejar los albergues para las personas sin techo abiertos las 24 horas al día.

Francisco quiere ofrecer refugio a las personas en situación de calle ante la intensa ola de frío que vive Europa y que está dejando en las noches de Roma temperaturas por debajo de los cero grados.

El albergue «Don de la Misericordia», situado cerca de la Iglesia del Santo Espíritu, y el albergue «Don de María», situado en el Vaticano y administrado por las Misioneras de la Caridad, son los establecimientos que no cerrarán sus puertas para acoger a todo el que acuda.

Y «para quienes no desean dejar sus lugares de encuentro habituales», explica el limosnero del Papa, monseñor Konrad Krajewski, «se han puesto a disposición [de las personas sintecho] los automóviles de la Limosnería. Una mujer sin hogar de 85 años ya durmió en uno de ellos en estos días en las cercanías del Vaticano».

Asimismo, la Limosnería del Papa «ha puesto a disposición de las personas sin techo sacos de dormir especiales resistentes a las temperaturas de menos de 20 grados y guantes para el frío», precisa el monseñor Krajewski.

El limosnero del Papa afirma también que en estos días se han hospedado en el dormitorio de «Via dei Penitenzieri» 20 personas más de las que normalmente acoge el centro. «Quien llama a la puerta —agrega Krajewski— es acogido y puede quedarse y recibe té, café y alimentos».

RV / Redacción