El Papa asegura que está pensando en ir a Canarias
En la rueda de prensa a bordo del avión de regreso de su gira por Asia y Oceanía, Francisco ha dicho que «querría estar cerca de los gobernantes y el pueblo de Canarias»
El Papa ha asegurado que está pensando en viajar a Canarias a causa de la crisis migratoria que están viviendo en este momento las islas y así poder mostrar su «cercanía» no solo a los inmigrantes sino también a los líderes políticos y «al pueblo».
En la rueda de prensa a bordo del avión de regreso de su gira por Asia y Oceanía, Francisco ha confirmado que lo está valorando porque «querría estar cerca de los gobernantes y el pueblo de Canarias».
Según ha informado el portal de noticias del Vaticano, Vatican News, el Pontífice ha respondido así a la pregunta de un periodista que viajaba con él en el avión que lo ha traído de vuelta a Roma de su viaje por Asia y Oceanía. De momento no hay nada confirmado, pero en caso de producirse, sería la primera visita de Francisco a España y la novena vez que lo visita un Pontífice. San Juan Pablo II estuvo en España en cinco ocasiones y tres lo hizo Benedicto XVI, la última de ellas en 2011 para la JMJ de Madrid.
Al Papa le duelen los dramas que las personas migrantes arrastran tras de sí cuando son obligados a abandonar sus hogares. Así lo demostró cuando visitó Lampedusa, en julio de 2013, el primero de los viajes de su pontificado. O en la isla griega de Lesbos, donde ha estado en dos ocasiones: en 2016 y 2021. Por ello la visita a Canarias tendría también ese sabor, por un lado de conforto, y, por otro, de denuncia.
De hecho en la rueda de prensa, ha señalado que no acoger a los migrantes «es un pecado» y ha señalado que el Antiguo Testamento ofrece un modelo claro de quién debe ser acogido: «el huérfano, la viuda y el forastero».
«A ellos debía proteger el pueblo de Israel. Quien no protege al emigrante falta, es un pecado. También es un pecado contra la vida de esas personas», ha señalado tras recordar cómo durante su visita a Estados Unidos en 2015 celebró una misa en El Paso, cerca de la frontera entre México y Estados Unidos.
Francisco ha recordado que entonces vio los zapatos de muchos migrantes que intentaron cruzar a Estados Unidos, pero cuyo viaje «terminó mal allí». Así ha afirmado que hoy hay un flujo migratorio dentro de Centroamérica en el que a veces las personas son tratadas «como esclavos, porque se lucran con ellos». «La inmigración es un derecho, un derecho que está en las sagradas escrituras» ha señalado.
Asimismo ha asegurado que expulsar a los emigrantes es una práctica «terrible» que comporta «maldad». «Expulsar a un niño del vientre de la madre es un asesinato, porque hay vida», ha asegurado.
Francisco también ha delineado otros planes de viaje que tiene pensados para el futuro. Por ejemplo, se ha mostrado abierto a viajar a Argentina, aunque ha asegurado que «todavía se está decidiendo» y que le gustaría ir, pero «hay una serie de cosas que resolver primero». Y también ha declinado la invitación de Francia para visitar París el 8 de diciembre cuando está prevista la reapertura de la catedral de Notre Dame que hace cinco años sufrió un terrible incendio que arrasó con algunas partes. «No iré a París», ha dejado claro.
Francisco también ha abordado los casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia. En concreto, ha sido preguntado por el caso del que fuera arzobispo de Dili, en Timor Oriental, Carlos Ximenes Belo, premio Nobel de la Paz en 1996, que fue sancionado por el Vaticano tras ser acusado de abusar sexualmente de adolescentes en los años 90.
El Papa ha calificado los abusos como un tema «muy doloroso y muy delicado», señalando que hay muchas personas «que hacen el bien… y luego, con tanto bien hecho, se ve que esa persona es un mal pecador. Y ésta es nuestra condición humana».
«Los pecados públicos son públicos, y deben ser condenados», ha declarado al tiempo que ha dicho que estos delitos son «algo demoníaco, porque todo tipo de abuso destruye la dignidad de la persona».
En el avión de regreso de su gira por Asia y Oceanía, también ha sido preguntado sobre la situación política en Venezuela ante las denuncias de fraude en las elecciones presidenciales del 28 de julio cuyos resultados oficiales dieron la victoria a Nicolás Maduro para un tercer mandato consecutivo de seis años.
Así ha instado a los gobernantes de Venezuela a «dialogar», si bien ha asegurado que no ha seguido estos días la situación en el país, pero ha afirmado en todo caso que «las dictaduras no sirven de nada y acaban mal, tarde o temprano».
«El mensaje que doy a los gobernantes es el de dialogar y hacer la paz», ha resaltado.
Francisco también ha abordado otros temas cómo la gestión de la migración, las elecciones en Estados Unidos o cuestiones geopolíticas clave como China o la guerra de Gaza, así como la crisis de los abusos sexuales por parte del clero.
Una vez más, el Papa ha denostado el aborto y ha asegurado que la ciencia demuestra que tan solo un mes después de la concepción, el feto tiene todos los órganos del cuerpo humano.
«Abortar es matar a un ser humano. Te puede gustar la palabra o no, pero es matar», ha dicho. De otro lado, ha defendido que no es que la posición de la Iglesia contra el aborto esté «cerrada», sino que «la Iglesia no permite un aborto porque es matar, es un asesinato y debemos tener las cosas claras sobre esto». «Hay que hablar de estas cosas con claridad», ha manifestado.
El Papa también ha sido preguntado por los esfuerzos de China para lograr un alto el fuego en Gaza, en particular con la Declaración de Pekín firmada en la capital china en julio, así como por la colaboración entre el Vaticano y China y si está satisfecho con los resultados de un polémico acuerdo de 2018 entre ambos sobre el nombramiento de obispos.
«Estoy contento con el diálogo con China, los resultados son buenos, también sobre el nombramiento de obispos estamos trabajando con buena voluntad», ha asegurado Francisco.
Del mismo modo, ha subrayado China es para él «un sueño». «Me gustaría visitar China, es un gran país», ha señalado tras decir que «un país milenario, con una capacidad de diálogo, de entendimiento entre ellos que va más allá de los diferentes sistemas democráticos que ha tenido».
Preguntado sobre la guerra en Gaza, y, en concreto, sobre los últimos ataques israelíes que dejaron 18 muertos en una escuela este miércoles, el Papa ha vuelto a condenar los bombardeos a civiles: «cuando se piensa que hay combatientes y se bombardea una escuela, todo esto es horrible, es horrible».
«A veces se oye decir que es una guerra defensiva», ha criticado tras afirmar que la guerra «es siempre una derrota». Finalmente se ha mostrado escéptico ante los negociados de paz: «Siento decirlo, pero no creo que haya pasos adelante hacia la paz»