El Papa anuncia el comienzo del Año de la Oración para preparar el Jubileo de 2025

«Queridos hermanos y hermanas. Los próximos meses nos conducirán a la apertura de la puerta santa con la que daremos comienzo al Jubileo. Os pido que intensifiquéis la oración para prepararnos para vivir bien este evento de gracia y experimentar la fuerza de la esperanza en Dios. Por eso, comenzamos hoy el Año de la Oración, es decir, un año dedicado a la oración para descubrir el gran valor y la necesidad de la oración en la vida personal, en la vida de la Iglesia y en el mundo». Con estas palabras el Papa ha anunciado durante el rezo del ángelus este año especial para preparar el Jubileo de 2025. Mientras que son visibles en Roma los preparativos en las infraestructuras de la ciudad y se multiplican los encuentros bilaterales entre el Vaticano y la alcaldía, Francisco ha invitado a cuidar con la oración el aspecto interior de este próximo Año Santo.

Este domingo el Pontífice ha recordado de nuevo la guerra en Ucrania, Israel y Palestina y ha invitado a que nos sintamos también «responsables de rezar y construir la paz para ellos». Asimismo, se ha confesado triste por la noticia del secuestro de seis religiosas en Haití: «Me ha llegado con dolor la noticia del secuestro en Haití de un grupo de personas entre ellas de las seis religiosas. Pido vivamente su liberación, rezo por la concordia social en el país e invito a todos a que cese la violencia que provoca tanto sufrimiento a esa querida población». Ha pedido además a los fieles que en estos días se unan a la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos.

Casi al acabar, en sus saludos a los fieles de distintos puntos de Italia y del mundo, ha dedicado unas palabras especiales a un grupo de peregrinos de Ecuador, «a los que aseguro la oración por la paz en su país», ha dicho el Papa.

«Responsables» con Dios de la obra de la salvación

Durante la catequesis previa al rezo del ángelus, el Santo Padre ha hablado sobre la vocación de los primeros discípulos que relata el Evangelio de este domingo. Ha indicado que el mensaje de esta lectura es que el Señor desea implicarnos en su obra de salvación como «responsables y protagonistas», aunque no tendría por qué hacerlo. Porque, como sucedía con los discípulos, a veces no entendemos las palabras de Jesús, no nos llevamos bien entre nosotros o nos cuesta entender el servicio desinteresado hacia los demás. Sin embargo, Dios llama a esos discípulos y también a los cristianos de hoy en día. «¿Y por qué nos llama también a nosotros a anunciarlo? En última instancia, ¡porqué quiere que seamos felices!», ha explicado Francisco.

Por eso, ha insistido, «anunciar el Evangelio no es perder el tiempo, sino que es ser más felices ayudando a los demás y es liberarse de sí mismo ayudando los demás a ser libres».