El Papa, ante la muerte de Floyd: «No podemos tolerar ningún tipo de racismo» - Alfa y Omega

El Papa, ante la muerte de Floyd: «No podemos tolerar ningún tipo de racismo»

Al mismo tiempo que ha condenado «el pecado del racismo», Francisco ha pedido «reconocer que la violencia de las últimas noches es autodestructiva y provoca autolesión. Nada se gana con la violencia y mucho se pierde»

Redacción
Papa Francisco
Foto: Reuters / Vatican Media.

El Papa se ha referido durante la audiencia general de este miércoles a «los dolorosos disturbios sociales que se están produciendo estos días» en Estados Unidos «tras la trágica muerte del señor George Floyd». Francisco ha reconocido que los sigue «con gran preocupación».

Pero el Pontífice ha querido ir un paso más allá y al mismo tiempo que ha afirmado con rotundidad que «no podemos tolerar ni cerrar los ojos ante ningún tipo de racismo o exclusión», ha asegurado que mucho menos podemos dar la espalda a este problema y seguidamente «pretender defender la santidad de toda vida humana».

Por otro lado, «debemos reconocer que la violencia de las últimas noches es autodestructiva y provoca autolesión. Nada se gana con la violencia y mucho se pierde», ha aseverado el Santo Padre.

Además, Bergoglio se ha unido a la Iglesia de Estados Unidos para «rezar por el descanso del alma de George Floyd y de todos los demás que han perdido sus vidas por el pecado del racismo». También ha asegurado sus oraciones «por el consuelo de las familias y amigos afligidos» y «por la reconciliación nacional y la paz que anhelamos».

Justicia y perdón

El cardenal Peter Turkson, prefecto del Dicasterio para la Promoción del Desarrollo Humano Integral, también ha querido abordar la cuestión del racismo. En declaraciones a Vatican News, el prelado, de origen africano, ha subrayado que ante la amplitud del fenómeno racista, que no se circunscribe a Estados Unidos, «tenemos que reeducar el sentido de humanidad, el sentido de lo que significa la familia humana», constituida por hombres y mujeres diversos pero todos ellos creados a imagen y semejanza de Dios.

Las protestas por la muerte George Floyd, continúa, son «una explosión espontánea de la ira y los sentimientos de la gente», reconoce Turkson. En ellas hay reivindicaciones legítimas, pero el cardenal se ha sumado a la petición de los obispos de Estados Unidos (y de la familia de Floyd) de que se proteste de forma pacífica y se busquen vías alternativas para cambiar la realidad mediante la justicia, que no es otra cosa que restaurar las relaciones humanas.

«Los Estados Unidos tienen una larga historia de manifestaciones no violentas. Martin Luther King lideró a muchos de ellos y no fueron violentos porque estaban bien organizados y tenían un líder. Un líder capaz de inculcar su sentido de la no violencia en todos los que le siguieron», cita como ejemplo el prefecto de Desarrollo Humano Integral.

Sin embargo, se atreve a «ir un paso más allá», al añadir una «llamada al perdón». Ninguna manifestación o muestra pública de indignación «lo traerá de vuelta. Solo hay una cosa que puede ayudar a George ahora que se presenta ante Dios. Es el perdón para sus asesinos. Como hizo Jesús».

Por eso, sugiere que en las ciudades donde ha habido protestas violentas los obispos y líderes de otras comunidades cristianas organicen encuentros ecuménicos e interreligiosos de oración en lugares públicos. Esto «daría a la gente la oportunidad de expresar su ira reprimida, pero de una forma saludable, religiosa y que lleve a la curación».

María Martínez / José Calderero