El Papa anima a la misión - Alfa y Omega

El Papa anima a la misión

«Poneos al frente de la renovación espiritual y misionera de vuestras Iglesias particulares», abriendo «nuevos caminos al Evangelio», ha sido el mensaje central del Papa al episcopado español, que el sábado concluye su visita ad limina. Los obispos regresan con la impresión de haberse encontrado con un padre cercano y buen conocedor de España

Ricardo Benjumea
El cardenal Rouco, presidente de la Conferencia Episcopal Española, saluda al Papa, en su encuentro con los obispos españoles, el pasado lunes
El cardenal Rouco, presidente de la Conferencia Episcopal Española, saluda al Papa, en su encuentro con los obispos españoles, el pasado lunes.

Si antes de comenzar esta visita ad limina, el cardenal Rouco decía a Alfa y Omega que su impresión con respecto a una posible visita a España del Papa en 2015 era positiva, el lunes, al término del encuentro del Santo Padre con los obispos españoles, el presidente de la Conferencia Episcopal confirmaba a El Espejo, de COPE, que su esperanza es ahora aún más sólida. «¡A ver si nos dice pronto que viene a España el año que viene!».

Regresaba el primer grupo de obispos, y todos coincidían en destacar la cercanía del Papa Francisco. «Nos alegra encontrarnos con un Papa que nos conoce, conoce a España y a la Iglesia en España», había dicho, en nombre de todos, el arzobispo de Madrid. En pequeños grupos, por lo general de siete u ocho (dos Provincias Eclesiásticas por turno), todos los obispos han mantenido —o mantendrán hasta pasado mañana— encuentros personales con el Papa, sentados en semicírculo, en un formato sin discursos que permite un coloquio ágil. Cada diócesis remitió en diciembre a la Santa Sede un amplio informe. Ahora se trataba de que cada obispo pudiera exponerle al Papa sus inquietudes: la pastoral familiar, las vocaciones, la atención a los inmigrantes… Francisco «nos ha ido mostrando, como un padre, lo que quería decirnos con ejemplos muy vivos de cuando él era obispo», resumió, a la agencia AVAN, el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro. «Hemos estado muy a gusto con él, sabe iluminar tu vida de obispo con su propia vida, testimonio y entrega, y tiene una forma de comunicarse especial que alcanza el corazón».

En las conversaciones, emergió el drama del aborto. El viernes, el Papa mostró ante la Pontificia Comisión de América Latina su estupor por las cifras del aborto en España (en 2012, 112 mil abortos quirúrgicos). «¡Yo me quedé helado!», confesó. «El Dios dinero está en el centro y no la persona. Y entonces todo lo demás se ordena y lo que no cabe en ese orden se descarta, ¿no? Se descarta a los chicos que sobran, que molestan, o que no conviene que vengan».

Otro asunto que le preocupa al Pontífice es la crisis económica y su impacto en los jóvenes. «El Papa lleva muy metido en el corazón el problema del paro juvenil en España y ha manifestado que es una humillación para estos jóvenes no poder dignificar su existencia llevando a casa el pan de cada día como fruto de su esfuerzo intelectual y físico», decía monseñor Blázquez, en declaraciones difundidas por la archidiócesis de Valladolid.

Y no han faltado exhortaciones a la evangelización. «No ahorréis esfuerzos para abrir nuevos caminos al Evangelio, que lleguen al corazón de todos», pedía a los obispos. La situación es difícil: «Estáis sufriendo la dura experiencia de la indiferencia de muchos bautizados y tenéis que hacer frente a una cultura mundana, que arrincona a Dios en la vida privada y lo excluye del ámbito público». No obstante, el Papa animaba a perseverar «con paciencia», buscando «lo que verdaderamente une». Ejemplo de ello es quizá su alusión a la labor de Cáritas y a «otras obras benéficas de la Iglesia» en medio de la crisis, que «ha merecido gran reconocimiento de creyentes y no creyentes».

Al término del encuentro, el Papa bromeó: «¡Les deseo una buena Asamblea Plenaria! ¡Que se diviertan!».

«Estamos en un momento de cambios en Roma, y de cambios también en nuestro Episcopado», escribe, en las páginas de este semanario, monseñor Martínez Camino, obispo auxiliar de Madrid. Es una coincidencia providencial «haber podido ir a ver a Pedro precisamente en estos días», destaca.

Otra no menos providencial coincidencia ha sido el discurso del Papa sobre las características que debe reunir un obispo. Los destinatarios eran los miembros de la Congregación para los Obispos, pero los prelados españoles lo han leído como si estuviera dirigido expresamente a ellos.