Cardenal Marengo: El Papa va a Mongolia porque «ama la Iglesia en minoría»
Con una comunidad de unos 1.500 católicos, el purpurado define la visita de Francisco «como un susurro»
«La importancia de este viaje a Mongolia es que el Papa quiere visitar una de las comunidades católicas más pequeñas del mundo. Muestra una vez más que su corazón está lleno de amor por la Iglesia universal y en especial la que vive en minoría», dijo Giorgio Marengo, cardenal de origen italiano y prefecto apostólico de Ulán Bator, tras impartir el lunes una charla en el Instituto Maria Santissima Bambina de Roma.
Marengo explicó que los mongoles esperan con mucha devoción la visita que Francisco les hará del 31 de agosto al 4 de septiembre y que allí, «cuando visitas a familias católicas, siempre encuentras una foto del Papa en su casa».
Es costumbre en los países asiáticos que, al comenzar el Año Nuevo Lunar, el Papa les dedique unas palabras y los fieles hagan postales con sus palabras y su rostro para atesorarlas todo el año en el salón.
El cardenal misionero en Mongolia y creado hace apenas un año confesó que, cuando se confirmó el viaje, «reaccioné con una gran alegría y asombro». Sostuvo que «esta visita manifestará la atención que el Sucesor de Pedro tiene por cada persona que se embarca en el viaje de fe y alumbra su vida conforme al Evangelio». Y que en el país lo ven como «un gran modelo de vida misionera».
También subrayó que «la originalidad de este viaje se debe a que el país está escasamente poblado y la comunidad católica es muy pequeña». Son solo unos 1.500 y consideró que, lejos de ser multitudinario, este 42 viaje apostólico «será como un susurro». «Será muy especial cuando le veamos aterrizar en Ulán Bator y se ponga a hablar con la gente. Su presencia como hombre de fe abrirá nuevos caminos para el Evangelio».
Giorgio Marengo espera que el viaje sirva para que «nuestra gente entienda cómo de grande es la Iglesia católica en el mundo, porque para ellos no es fácil sentirlo». Mongolia solo tiene nueve parroquias, cinco de ellas en Ulán Bator. Las más pequeñas tienen entre 30 y 40 fieles y la más remota está 430 kilómetros al sudoeste de la capital.