El Papa alerta a la Curia de la «rigidez» ante los cambios - Alfa y Omega

El Papa alerta a la Curia de la «rigidez» ante los cambios

Ante el «difícil proceso histórico» de cambio de época que también afecta a la Iglesia, Francisco advirtió en su tradicional saludo navideño a la Curia frente a «la tentación de recurrir al pasado porque es más tranquilizador, conocido y, ciertamente, menos conflictivo»

Europa Press
Papa Francisco

El Papa ha alertado a la Curia de Roma de la «rigidez» en la Iglesia, de la que ha dicho que proviene del «miedo al cambio» y convierte el bien común en un «campo minado de incomunicabilidad y odio». Al mismo tiempo, en su tradicional saludo navideño, ha pedido que la reforma que ha emprendido no sea algo cosmético, como un «cambio de vestido», sino una conversión.

En este sentido ha puesto de ejemplo la conversión que hizo el cardenal John Henry Newman, canonizado el pasado 13 de octubre de 2019, una figura clave de la historia del catolicismo que se convirtió desde el anglicanismo tras llegar a afirmar que el Papa era el «anticristo».

«A menudo sucede que se vive el cambio limitándose a usar un nuevo vestuario, y después en realidad se queda como era antes. Recuerdo la expresión enigmática, que se lee en una famosa novela italiana: «Si queremos que todo siga como está, es preciso que todo cambie»», ha señalado el Pontífice citando la novela Il Gattopardo, de Giuseppe Tomasi di Lampedusa.

«No somos los únicos, ni los primeros»

De esta manera, el Papa ha invitado a los cardenales y obispos residentes en Roma a prestar especial atención a la necesidad de evangelización y «a los más débiles y marginados, especialmente a los migrantes forzados».

Por ello, ha dejado claro que es fundamental un cambio de mentalidad pastoral que asuma que la Iglesia no es la única: «Hoy no somos los únicos que producen cultura, ni los primeros, ni los más escuchados. Por tanto, necesitamos un cambio de mentalidad pastoral, que no quiere decir pasar a una pastoral relativista».

Y ha añadido: «No estamos ya en un régimen de cristianismo porque la fe, especialmente en Europa, pero incluso en gran parte de Occidente, ya no constituye un presupuesto obvio de la vida común; de hecho, frecuentemente es incluso negada, burlada, marginada y ridiculizada».

Francisco ha invitado de esta forma a sintonizarse con uno de los ejes de su Magisterio al señalar que lo que vive hoy el mundo no es simplemente una época de cambios, sino «un cambio de época» . Así , ha instado a los cardenales a impregnarse de «la actitud sana» de «dejarse interrogar por los desafíos del tiempo presente», con discernimiento y coraje, en vez de dejarse seducir por la «cómoda inercia» del dejar todo como está.

Valorar el pasado para llegar a un futuro sólido

En su discurso en la Sala Clementina del Palacio Apostólico del Vaticano, ha afirmado que en las disposiciones para la reforma de la Curia «nunca tuvo la presunción de hacer como si nada hubiera existido antes», sino que al contrario ha tratado de apuntar a «valorar lo que de bueno se hizo en la compleja historia de la Curia».

«Es un deber valorizar su historia para construir un futuro que tenga bases sólidas, que tenga raíces y por tanto pueda ser fructífero. Apelar a la memoria no significa anclarse en la autoconservación, sino recordar la vida y la vitalidad de un camino en continuo desarrollo. La memoria no es estática, es dinámica. Por su naturaleza implica movimiento», ha subrayado.

Francisco también ha reconocido que una de las dificultades ante cambios tan grandes es el «error humano», ante el que ha dicho que «no es posible ni justo no tener en cuenta». Y ha añadido: «Vinculado a este difícil proceso histórico, siempre existe la tentación de recurrir al pasado (incluso utilizando nuevas formulaciones), porque es más tranquilizador, conocido y, ciertamente, menos conflictivo».

Sin embargo, ha determinado que «detrás de cada rigidez hay un desequilibrio». «La rigidez y el desequilibrio se alimentan entre sí en un círculo vicioso», ha concluido.