El Papa abraza a dos hombres con el rostro desfigurado
Durante el mes de noviembre el Papa ha hablado en varias ocasiones sobre la misericordia. Pero no solo se ha quedado en las palabras, sino que también las ha puesto en práctica. En dos ocasiones ha abrazado y besado a personas con raras enfermedades que, generalmente y como ellos mismos declaran, generan rechazo en las personas de alrededor
Es fácil hablar de la necesidad de practicar misericordia, aunque no todo el mundo lo hace, pero lo realmente valioso es pasar de las palabras a los hechos, pasar de hablar de misericordia a practicarla. Esto mismo es lo que ha hecho de forma pública el Papa Francisco en el mes de noviembre, hablar y practicar la misericordia con los que más sufren.
Tras el rezo del ángelus del pasado domingo 17 de noviembre, el Santo Padre, sacando una caja de medicina del bolsillo, animaba a todo el mundo a tomarse una pastilla de la medicina de la misericordia. Algunos voluntarios distribuyeron cajitas, con la Corona de la Divina Misericordia, que se añade al rezo del Rosario.
Pero el Papa no se quedó solo en las palabras. Durante este mes el Papa ha protagonizado dos escenas que han dado la vuelta al mundo. La primera tuvo lugar el día 6 durante una audiencia general. Francisco estaba dando una vuelta en el papamóvil para saludar a todos los presentes. Entonces se encontró con Vinicio Riva, un italiano de 53 años que tiene todo su cuerpo deformado y cubierto de bultos. Sufre neurofibromatosis de tipo 1, una rara enfermedad que le provoca protuberancias por todo el cuerpo.
«El Papa ni se detuvo a pensar si me abrazaba o no. Mi enfermedad no es contagiosa, pero él no lo sabía. Bajó del altar a saludar a los enfermos. Yo le besé la mano mientras que él con la otra me acariciaba la cabeza y las heridas. Después me abrazó y me besó el rostro», aseguró Vinicio al periódico británico Daily Mail. «Era como estar en el paraíso», apostilló.