El Papa a los neo cardenales: «Te pido que recibas la designación con humildad»
«El cardenalato no significa una promoción, ni un honor», escribe el Papa en la carta enviada a los 19 próximos cardenales. «Te pido por favor que recibas esta designación con un corazón sencillo y humilde», dice Francisco en el texto. «Y, aunque debas hacerlo con alegría y con gozo, que ese sentimiento esté alejado de cualquier expresión de mundaneidad, de cualquier celebración ajena al espíritu evangélico de austeridad, sobriedad y pobreza». El consistorio del día 22, recuerda además el Pontífice, estará precedido por dos días de reflexión sobre la familia, tema del siguiente Sínodo
El Papa ha escrito una carta a los 19 cardenales que creará en el próximo consistorio del 22 de febrero. Francisco recuerda a los nuevos purpurados que van a ser agregados «a la Iglesia de Roma», lo que requerirá de ellos «mirar más lejos y amar de un modo más universal y con mayor intensidad», algo sólo posible «siguiendo el mismo camino del Señor, el camino del abajamiento y de la humildad».
Tres de los cardenales son mayores de 80 años, y por tanto no electores, entre ellos, el arzobispo emérito de Pamplona y obispo auxiliar de Tudela monseñor Fernando Sebastián. Los otros dos futuros cardenales mayores de 80 son el antiguo secretario personal de Juan XXIII y arzobispo titular de Mesembria, monseñor Loris Francesco Capovilla; y monseñor Kelvin Edward Felix, arzobispo emérito de Castries (Antillas).
Entre los nuevos cardenales, hay cuatro responsables de dicasterios romanos, habitualmente a cargo de un cardenal: monseñor Pietro Parolin, Secretario de Estado del Vaticano; monseñor Lorenzo Baldisseri, Secretario del Sínodo de los Obispos; monseñor Gerhard Müller, Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, y monseñor Beniamino Stella, Prefecto de la Congregación para el Clero.
El Santo Padre creará cardenales también a su sucesor en el arzobispado de Buenos Aires (Argentina), monseñor Mario Aurelio Poli; y a los también hispanoamericanos monseñor Orani João Tempesta, arzobispo de Río de Janeiro (Brasil, sede de la JMJ del pasado verano) y monseñor Chibly Langlois, obispo de Les Cayes (Haití).
La lista se completa con el arzobispo de Westminster (Reino Unido), monseñor Vincent Nichols; el arzobispo de Managua (Nicaragua), monseñor Leopoldo José Brenes Solórzano; el arzobispo de Québec (Canadá), monseñor Gérald Cyprien Lacroix; el arzobispo de Abidjan (Costa de Marfil), monseñor Jean-Pierre Kutwa; el arzobispo de Perugia-Città della Pieve (Italia), monseñor Gualtiero Bassetti; el arzobispo de Seúl (Corea), monseñor Andrew Yeom Soo Jung; el arzobispo de Santiago de Chile (Chile), monseñor Ricardo Ezzati Andrello; el arzobispo de Ouagadougou (Burkina Faso), monseñor Philippe Nakellentuba Ouédraogo; y el arzobispo de Cotabato (Filipinas), monseñor Orlando B. Quevedo.
Querido hermano,
En el día en que se hace público tu designación para formar parte del Colegio cardenalicio, deseo hacerte llegar un cordial saludo, y asegurarte llegar mi cercanía y mi oración. Deseo que, como agregado a la Iglesia de Roma «revestido de las virtudes y los sentimientos del Señor Jesús» (cf. Rom 13, 14), me puedas ayudar con efectividad fraterna en mi servicio a la Iglesia universal.
El cardenalato no significa una promoción, ni un honor, ni una condecoración; es simplemente un servicio que exige ampliar la mirada y agrandar el corazón. Y, aunque parezca una paradoja , este poder mirar más lejos y amar de un modo más universal y con mayor intensidad se puede lograr solamente siguiendo el mismo camino del Señor, el camino del abajamiento y de la humildad, tomando la forma del servidor (cf. Flp 2, 5 -8). Así que te pido por favor que recibas esta designación con un corazón sencillo y humilde. Y, aunque debas hacerlo con alegría y con gozo, que ese sentimiento esté alejado de cualquier expresión de mundaneidad, de cualquier celebración ajena al espíritu evangélico de austeridad, sobriedad y pobreza.
Hasta la vista, pues, hasta el 20 de febrero, día en que comenzarán dos días de reflexión sobre la familia. Quedo a tu disposición y, por favor, te pido que reces y pidas rezar por mí.
Que Jesús te bendiga y la Virgen Santa te proteja.
Fraternalmente,