El Papa pide a todos los obispos del mundo que se sumen a la consagración de Ucrania y Rusia a la Virgen
«La Iglesia está fuertemente llamada a interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren», les ha dicho en una carta.
El Papa Francisco ha escrito una carta a todos los obispos del mundo en la que invita a sumarse, cada uno en su diócesis, al acto de consagración de Rusia y Ucrania a la Virgen de Fátima de este viernes por el fin de la guerra.
«Lo invito a unirse a dicho acto, convocando a los sacerdotes, religiosos y demás fieles a la oración comunitaria en los lugares sagrados, para que el pueblo santo de Dios eleve la súplica a su Madre de manera unánime y apremiante», explica el Pontífice, que también les ha enviado el texto de la oración de consagración.
En la misiva, Francisco reconoce que la guerra «está causando sufrimientos cada día más terribles en esa martirizada población, amenazando la paz mundial». «La Iglesia, en esta hora oscura, está fuertemente llamada a interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren en carne propia las consecuencias del conflicto. Agradezco a todos aquellos que están respondiendo con gran generosidad a mis llamamientos a la oración, el ayuno y la caridad», ha agregado.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y arzobispo de Barcelona, cardenal Juan José Omella, ha invitado a los sacerdotes, religiosos y laicos a acudir a su parroquia o a la catedral o a sumarse desde casa a la consagración de Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María.
El purpurado recoge así la invitación del Papa Francisco a los obispos de todo el mundo para rezar por la paz. «La oración lo puede todo. Vamos a pedir por Rusia, por Ucrania y por la paz en el mundo», afirma en un vídeo.
En el mismo, agradece la respuesta generosa de la sociedad española ante el drama que viven los refugiados ucranianos. «Os felicito como cristiano y como ciudadano. Esto es vivir el amor, la caridad y la fraternidad», asegura.
Durante la audiencia también se ha referido a la situación en Ucrania al hilo de una experiencia personal, la de su abuelo, que le enseñó a luchar contra los conflictos con determinación. «La rabia y el odio frente a la guerra los aprendí de mi abuelo, que luchó en la batalla de Piave. También me transmitió el sufrimiento de una guerra. Y esto no se aprende en los libros, se aprende porque los abuelos lo transmiten a los nietos», ha revelado el Pontífice. La batalla acabó con una victoria decisiva del ejército italiano durante la Primera Guerra Mundial.
El Santo Padre también ha arremetido contra la compra de de armas por parte de los gobiernos, en un momento en que muchos países de la Unión Europa han decidido aumentar el gasto militar para cumplir con el requerimiento de la OTAN de llegar al 2 % del Producto Interior Bruto (PIB).
«Recemos para que los gobernantes entiendan que comprar armas y fabricar armas no es la solución al problema. La solución es trabajar todos juntos por la paz y, como dice la Biblia, hacer de las armas instrumentos para la paz», ha dicho el Papa durante su saludo a los fieles de lengua italiana. Asimismo, ha asegurado que «con la guerra se pierde todo». «No hay victoria. Todo es derrota. Una derrota para toda la humanidad», ha subrayado al mismo tiempo que ha pedido «que el Señor nos libere de esta necesidad de autodestrucción».
Material de descarte
Antes de referirse a la invasión, Francisco ha dedicado la catequesis ha reflexionar sobre la sabiduría de los ancianos, que hoy, sin embargo, son «material de descarte». La historia y la fe no se aprenden de los libros. «La explicación directa de persona a persona tiene tonos y modos de comunicación que ningún otro medio puede sustituir», ha asegurado el Pontífice.
De este modo, ha ahondado en la idea de que los ancianos «son la memoria viviente de un pueblo» y los «nietos deben escuchar a los abuelos», según ha informado Europa Press. Además, ha reivindicado «la enseñanza de Historia, que algunos proponen incluso abolir», y de la fe, que ha contrapuesto a «la ideología y la propaganda».